Reseña: Almendra

 

Título: Almendra

Título Original: Almond

Autor: Won-Pyung Sohn

Libro: Autoconclusivo

Páginas: 252

Género: Juvenil/Amistad/Literatura Coreana

Editorial: Océano Gran Travesía

Calificación: 5 Estrellas

SINOPSIS

Recuerdo ese día.
Hubo 1 muerto y 6 heridos. Primero mamá y la abuela. Luego un estudiante universitario intentando disuadir a aquel hombre. Olvidaba mencionar a 2 hombres pasando los 50 y al último... el mismo que lo inició todo, eligiéndose como el destinatario final de sus laceraciones.

Y yo como siempre, veía la función en primera fila con cara inexpresiva.

Todo comenzó cuando yo tenía 6 años.
Y aunque los síntomas ya eran evidentes, fue hasta ese momento que sucedió.
Sólo sabía que mi hogar se encontraba en algún punto al otro lado del puente y para bajar ese puente, tenía escaleras en los 4 costados, ¿por cuál debía guiarme?, no importa. Una bandada de palomas me ayudaría.

Me di cuenta que me encontraba lejos de casa. 

La avenida se convirtió en una calle de casas antiguas y, de repente, escuché un grito. Provenía de un chico tirado en el suelo; varios sujetos se alejaban de la zona mientras me acercaba, y su cuerpo se teñía de rojo.

Le dije al dueño de una tienda de dulces que había alguien tirado en la calle y parecía no importarle, aún cuando le dije que podría morir. No me enseñaron a mentir.
El dueño llamó a la policía y yo pensaba en aquel chico.
Antes de dormirme, apareció mamá entrando por la puerta de la comisaría; sin embargo, su alegría al encontrarme fue cesada cuando el dueño comenzó a gritar y a señalarme. Entendí algo sobre hablar de un modo más serio al comunicarme.

Yo jamás me reía ni me emocionaba, no entendía el motivo de su queja.

Esta es la historia de YunJae, un chico diagnosticado con Alexitimia, que es la incapacidad para expresar los sentimientos. Su día a día se verá afectado por innumerables experiencias gracias a esta peculiaridad en su persona.

Le espera una como la de todo adolescente, pero diferente como pocos adolescentes.

MI OPINIÓN

¡Muy buen día tengan, queridos amigos!

Tuve que ponerme en los zapatos del protagonista para tener una mejor perspectiva de la historia; YunJae no tiene filtros, no se comporta como todos los chicos de su edad, es él mismo siempre y no entiende por que no podemos ser todos así.

La historia comienza con el trágico hecho que cambia la vida de YunJae para siempre. Lo dice sin pelos en la lengua, directo, al grano, porque no conoce otra manera de narrar los hechos y siendo sincero, hasta yo lo haría; un momento así te marca de por vida. Habla de muertos y no le apena decir que entre ellos se encuentra su madre y su abuela, pero antes de seguir adelante, nos pone en contexto sobre su vida.

En los primeros capítulos nos habla de sus primeros años de vida, el día a día con su mamá y su abuela, los vecinos y todas las personas que viven en su comunidad, hasta que llega el turno de ir a la escuela. En la educación primaria se topa con situaciones que no logra comprender más que a sus compañeros, a los papás de ellos; no entiende por qué tiene que ayudar a la niña que se cayó frente a él si ella estaba distraída en otras cosas y no miraba bien su camino; luego en la educación secundaria y parte de la preparatoria respondía todas las dudas de sus compañeros.

Y no se le hacía raro que le preguntaran su opinión sobre la pérdida de los familiares.

El mismo compañero, cada semana, rodeado de los demás compañeros, obligándolo a dar cada detalle de los hechos y repetir sistemáticamente la misma respuesta. YunJae no sabe que hay gente con maldad y/o malas intenciones, le da igual que hablen de él a sus espaldas o frente a él; si se están peleando entre compañeros, para él sigue siendo un día más o si algún compañero lo reta a un duelo, para él las horas y los minutos siguen corriendo a la misma velocidad.

Fue en una situación así cuando conoció a Gon, un chico con quien indirectamente se metió con él por un favor de uno de sus clientes de la librería donde trabaja; sí, porque heredó de su madre un amplio negocio de libros de segunda mano, el cuál atiende por un protocolo aprendido de antemano. Volviendo a la trama, Gon es un personaje que me sacó de mis casillas en más de una vez, se trata de alguien que arrastra problemas de la infancia. No porque la vida le haya puesto obstáculos muy duros, sino que fue algo que él no pudo tener el control. Sin embargo, esto lo enfureció con el pasar de los años.

Entonces, a lo largo del libro está el contraste entre la rebeldía absoluta de Gon y su desesperación por querer resolver su problemática e inevitablemente llamar la atención; y por otro lado, tenemos a YunJae, alguien que solo así podría entenderse con él y tenerle toda la paciencia que requiere. Y lo digo de verdad, ya que ni su padre (un burgués muy respetable y de admirable civismo) logra comprenderlo y adaptarse a su manera de ser. 

Que hasta cierto punto le doy la razón a Gon, pero siento también que abusa.

Y así, me atrevo a decir que el 95% del libro se trata sobre la relación entre ese par de chicos que muy a su manera tratan de entenderse (más Goni a YunJae); hasta los últimos capítulos que uno descubre el talón de Aquiles del otro y me desconcertó el no darme cuenta de algo que uno de ellos había descubierto del otro y siempre lo supo y yo pasé desapercibido.

Este descubrimiento me hizo darme cuenta que muchos de los amigos que tuve, que se comportaban como uno de ellos, en realidad fue un método al que recurrió su mente porque si le sirvió una vez, lo repitió para siempre; paradójicamente, aunque YunJae no tenía sentimientos, en mi desempolvó más de uno.

Puse esa calificación porque aunque a muchos no les gustó ese final, para mi fue una demostración de que la amistad no tiene límites, el amor no tiene límites y cuando crees en alguien, no importa lo que te digan de esa persona... es tu amigo/a y confías en él/ella.

¡Muchas gracias por leerme, nos vemos en una próxima lectura!