Reseña: El mañana empieza hoy

Título: El mañana empieza hoy 

Título original: The book of tomorrow 

Autor: Cecelia Ahern 

Libro: Autoconclusivo 

 Páginas: 368 

Género: Juvenil/Fantasía/Suspenso 

Editorial: Planeta 

Calificación: 4 Estrellas 

SINOPSIS 

Esta historia tropezará con la incredulidad de algunas personas.

Mis padres eran del tipo sabelotodo: rectos y tiesos, tan ordinarios que no florecerían el día de su muerte, bueno, mi madre no ha muerto; aunque es como un cadaver vivo que canturrea de vez en cuando para recordar que sigue con vida. Dirigiéndonos una sonrisa despavorida de vez en cuando, aunque esa sonrisa no nos convence.

No les he contado nada y ya los confundí, me presento: soy Tamara Goodwin. 

Lo cual es irónico, ya que nunca he sido tal cosa (buena). 

Que yo sepa, tengo 16 años; con 14 me sentía de 14, actuaba como si tuviera 11 y quería tener 18.

No puedo devolverle la vida a mi padre.

A pesar de que lo intenté, cuando lo encontré muerto en la oficina con el rostro lívido. Había un frasco de pastillas vacío al lado y una botella de whisky, también vacía. Y admiro a mi madre por intentarlo, pero su crisis nerviosa no logró devolverlo tampoco, y mucho menos la infinidad de historias contadas sobre él en su funeral. Fueron tantas las ganas de recordarlo, que derramaron lágrimas y vino tinto sobre la nueva alfombra de persa de mi madre.

La situación económica de papá gozaba de la misma salud que él: estaba arruinada.

El banco había iniciado los trámites para embargar nuestra casa, lo cual obligó a mi madre a venderlo todo para saldar las deudas. Ahí supe que papá se había ido. Nos arrastró a todos a la tumba.

Papá no era buena gente.

No hablábamos mucho y cuando lo hacíamos, era para discutir por algo o me daba dinero para librarse de mí. Hacía que la gente se sintiera incómoda, inferior, y lo disfrutaba. A su salud, me bebí una botella entera de vino y vomité en el suelo junto a la mesa de mi padre, donde murió.

No me limito a acumular el odio que sentía por él; yo era horrible. Ellos me lo dieron todo y rara vez decían "gracias".

Vivíamos en una moderna mansión de casi 700 m3 con 6 dormitorios, un cuarto de baño con regadera y jacuzzi, una pantalla de plasma, una piscina, cancha de tenis y una playa privada. Un guardarropa lleno de bolsos de marca, laptop, un PlayStation y una cama con dosel. 

En Killiney, en el condado de Dublín, Irlanda.

¡Qué suerte la mía!

Ahora otra verdad: soy una hija de pesadilla, grosera y respondona.

Creía merecerlo todo sólo porque todas las personas a las que conocía lo tenían.

Mi madre gastaba más en sus vestidos que en beneficencia y le pasaba sus compras compulsivas a su cuñada, Rosaleen, que vivía en el campo: nuestro nuevo hogar. No sé nada de nadie desde la primera semana que llegué.

Rosaleen está casada con mi tío Arthur, el hermano de mi madre.

Como decía, viven en una casa en el campo, en un lugar llamado Meath con poca gente; es agradable, una cuarta parte de la nuestra. Rosaleen es una obsesiva de la limpieza y el orden: tiene un cerebro de mosquito. Sus temas de conversación son irrelevantes e innecesarios. Todo es un desastre y siempre usa alguna expresión con Dios de por medio. Al tío Arthur lo oí decir 5 palabras en toda mi vida.

Un día, a través de la oscura vidriera vi a alguien.

Vi que era alguien bueno.

Al sonreír dejó al descubierto unos dientes blancos perfectos y unos vivos ojos azules.

Le dije que me apellido Goodwin, sin embargo, no estaba en su lista, ya que el apellido de soltera de mi madre era Byrne, como mi tío Arthur. Sentí mariposas en el estómago.

Me dijo que se llamaba Marcus y nos estrechamos la mano, le pregunté si iba de casa en casa repartiendo libros y me dijo que funcionaba como biblioteca andante. Va las poblaciones que carecen de una.

Fue como un ángel que llegó a mi vida, con su autobús de libros en el momento adecuado.

Me dejó quedarme con el libro sin portada, ni autor, ni título.

Me pregunto si volveré a verlo.

MI OPINIÓN

¡Que tal amigos lectores, un gustazo volver a vernos!

Este libro lo elegí por mera intuición, me gusta leer autores conocidos, sí; sobre todo sus libros más desconocidos. Fue en el 2009 cuando vio la luz y creo que pasó desapercibido.

Tenemos a una protagonista con un humor ácido, de ideas abiertamente directas y sin rodeos. Vive la gran vida que todo adolescente añora, sin embargo, se siente insatisfecha.

Y es que puede ser tan desgastante vivir en una mansión, poseer el celular de moda, tener acceso a los mejores clubes nocturnos acompañada de sus mejores amigas y que alguien la lleve adondequiera ir, cuando quiera ir. Lo sé, es un trabajo difícil.

...o tal vez no...

Y de botepronto, nos habla del fallecimiento de su padre.

Ese era el golpe contundente que necesitaba para reaccionar.

No, volveré a replantear la misma frase:
¿Ese era el golpe contundente que necesitaba para reaccionar?

En parte sí. 

Al llegar a casa de la tía Rosaleen todo cambia, todo.

Tiene que levantarse temprano, no puede estar hablando en voz alta sin motivo alguno, el desayuno será huevos con tocino, aunque ella y su madre estén evitando los carbohidratos, así como también ayudar al tío Arthur con las labores el campo y por supuesto, hacer las labores de casa con Rosaleen, lo cual involucra mancharse la ropa, llenarse las manos de nosequé cosas para la comida.

¿Pensaba salir un sábado en la mañana al centro comercial, degustando un rico café mientras hacía las compras con las amigas? Nada más alejado de la verdad, desde que papá no existe... hay ciertas cosas que ya no volverán a ser como antes.

Y este es el punto central, un cuarto del libro hay que estar soportando observar su evolución, de ser la niña berrinchuda a adaptarse a su entorno; por otra parte, la entiendo. Ya que así como llegan a casa, su madre no sale de su habitación, se la pasa durmiendo todo el tiempo y sólo balbucea cuando está con ella, ya que no logran hablar mucho; y a esto, le agregamos las exageradas restricciones y el control total de Rosaleen: lo observa todo, lo escucha todo e incluso la invita "amistosamente" a seguir sus consejos.

Hasta que llega Marcus a su vida.

Ese ojiazul simpático y caballeroso, que aguantó simpatizó con Tamara y desde el minuto 1 que la conoció, la indujo a su mundo y la verdad amé esa escena: dentro de su biblioteca andante, eligieron un libro al azar, ¡y salió México!, entonces en un juego de imaginación, abordaron el avión y llegaron y... ahí, algo sucedía.

Más no así cuando se encontraba con sus tíos, excepto con la Hermana Ignatius.

¡Una monja de 70 años con un ángel y una jovialidad que ya quisiera yo!

Se va ganando su cariño y se convierte en su apoyo moral y psicológico y... de desahogos emocionales.

Y por fin, a lo que quería llegar (así de introductorio es).

Al rededor ahí de mitad, viene lo bueno.

Tamara es tan diferente que elige el libro más feo que ve, ¿y qué tiene de diferente?, que no tiene ni autor, ni título ni portada; sólo puede abrirse con una llave.

Yal abrirlo, la magia: se trata de un diario que escribe lo que sucederá en 1 y hasta 2 días a futuro. Y esto amigos, es el móvil emocional de la obra. Quizá suceda que leas mas rápido el inter entre uno y otro acontecimiento hasta saber qué más va a decir el diario.

Desde de la segunda lectura del diario, las hojas me fueron tan volátiles que, si no es por ciertas cosas que tenía que hacer, pude terminarlo mas rápido; pero valió cada página.

Y ya no hablaré más, porque hay revelaciones.
Me gustó el toque detectivesco que da la autora: una simple foto puede desenlazar más pruebas y su relación con alguna etapa de sus vidas; es todo lo que diré.

Si tienen ganas de leer algo con misterio, suspenso, una pizca de miedo y otra tanta de romance (sí, este libro no está enfocado en el romance), entonces estás en el lugar ideal.

¡Gracias por leerme, nos vemos en la próxima!