Título: La madre de los carabineros
Título original: La mamma dei carabinieri
Autor: Alessio Puleo
Libro: Autoconclusivo
Páginas: 220
Género: Romance/Juvenil/Narrativa
Editorial: Click Ediciones (Planeta)
Calificación: 5 Estrellas
SINOPSIS
Domenica Lupo "Tía Mimma", desde hace muchos años vive en una pequeña casa: un chalet estilo modernista de principios del siglo XX. Vive sola, rodeada de vecinos cariñosos; tras la muerte del juez, su amistad con la viuda del difunto magistrado se volvió más íntima. Para la señora Borsellino es casi "una mas de la familia".
Su casa estaba frente a la vivienda de los Borsellino.
Viste sencilla, pero con cierta elegancia: un vestido beige con pequeños lunares y un cinturón le ciñe la cintura. Es de baja estatura con una silueta todavía juvenil, ¡para sus casi 90 años!
Se asegura de llevar todo en su bolso, las llaves, el portamonedas, el rosario y su pañuelito bordado.
Llega al mercado, el cual es un vocerío.
Va a comprar su fruta, y mientras paga, mira al chico que compra duraznos.
Unos pasos más adelante se apoya en el poste de luz, la cabeza le da vueltas vertiginosamente y resbala. Luego el frutero le pregunta si se encuentra bien. Pero es una mujer dura, con voluntad de hierro; se apoya sobre sus delgadas piernas y se levanta.
Unos pasos más adelante y siente que le falta el aire.
La cabeza vuelve a darle vueltas y cae sobre el asfalto.
Abre los ojos y ve al chico de la polo blanco.
Él le acerca un vaso con agua.
Ella lo mira detenidamente: debe estar sobre los 30, 1.75m y en buena forma; se ofrece a acompañarla a su casa y le devuelve su bolso. Por su buena acción, lo invita a su casa a tomar algo. Al principio rechaza la oferta, luego le pregunta si vive sola o tiene hijos.
Le dice que tiene muchos hijos, pero ahora no están.
Le promete que volverá.
3 días después de su malestar, la vida de Mimma continúa su rutina normal.
Mientras riega sus plantas, percibe la presencia de alguien; gira y ve el rostro del buen muchacho.
¡Por fin daba señales de vida!
A lo que él contesta que siempre cumple sus promesas.
Mira a su alrededor, la casa es pequeña, todo muy bonito y ordenado.
Se sienta en la mesa y observa las fotos en varios marcos de madera y plata, fotos en blanco y negro, de sepia, en daguerrotipo.
Hay una en particular que llama su atención: la foto de un brigadier de los carabineros en traje oficial. A su lado, una chica preciosa de rostro angelical, quizá sea su esposa. Le recuerda a Tía Mimma.
Se presenta ante ella: se llama Paolo Bottini.
Por su acento, no era de Sicilia, sino de Roma. Es brigadier de los carabineros y Tía Mimma se turba, como si recordara algo; luego le acaricia dulcemente la cabeza.
Paolo le platica que está fuera de servicio, su novia y su familia están en Roma y está libre. Sin embargo, Tía Mimma tendrá que aceptar su invitación a cenar. No conoció a sus abuelas y ésta noche desea llevarla a ella.
Ella acepta, bajo la condición de escuchar la historia que le va a contar, ¡le asegura que todo es verdad!
MI OPINIÓN
¡Que tal amigos, gracias por pasarse leerme una vez más!
Este libro es uno que ya quería leer desde hace mucho. Se trata de uno de mis autores favoritos, con una pluma muy sencilla de comprender y grandes historias por contar.
Como decía, la historia empieza en el presente del año 2006.
Paolo Bottini (que a mi parecer podría ser el seudónimo del autor, ya que él fue policía) en una de sus rutinas de revisión, entra a una casa en particular muy grande. Luego de charlar varios días con ella, quiere que el mundo sepa su historia; no fue un día, sino varias semanas incluso meses, donde con pluma y cuaderno en mano, anota cuidadosamente cada detalle de lo que le narra Tía Mimma.
Y ahora sí, una vez iniciada la historia, nos remontamos a antes de la segunda guerra mundial.
En la periferia de Palermo dividida en 2 barrios: Politeama y Brancaccio.
El Barrio Brancaccio se extendía alrededor de una plaza con su iglesia, el palacio federal y el convento. Era la época del fascismo, con la única ayuda de 5 militares de un pequeño cuartel de carabineros: un mariscal, un brigadier, un apuntado y 2 auxiliares.
En la plaza del cuartel (Plaza Magione, y aquí viene el grueso de la historia) estaba la modesta casa de un tal Gaetano Lupo, apodado Tano. Un hombre de 70 años, delgado y espigado y ligeramente calvo. Un amante de los caballos. Ganaba lo necesario para él, su mujer y sus hijas... bueno, en realidad sus "hijas-nietas": Concetta, Domenica (apodada Mimma), y Luisa. Su historia es muy distintiva.
Tano Lupo y su Marianna, su mujer, tuvieron un hijo único, algo fuera de lo común para la época; doña Marianna tuvo un parto de riesgo, por lo cual los doctores no le aconsejaron arriesgarse una segunda vez. Fue por eso que criaron al niño protegiéndolo de todo y de todos, consintiéndolo hasta en lo más inverosímil.
Antonio creció y encontró esposa muy joven, y siguió trabajando con su padre como herrador. Su amada esposa, frágil y bellísima, empezaba a sentirse mal. Hasta que supo su veredicto: un tumor. Pero Ninfa era una joven de acero, afrontó el mal y se curó, pues tenía 2 niñas y tenía que vivir por ellas. Y sucedió otro milagro, ¡quedó embarazada!
No le aconsejaron continuar ese embarazo, pero no se rindió, ¡quería a esa criatura!
Cuando nació Luisa fue confiada a una nodriza; por desgracia, Ninfa se vio obligada a permanecer en cama; las hemorragias se sucedieron y poco sirvieron los intentos por salvarla. Las niñas fueron confiadas a los abuelos paternos. Antonio lo vendió todo.
Sin embargo todavía era joven, ¡necesitaba una compañera!
La nueva chica lo sedujo y lo enamoró y llevado por la fiebre del amor, abandonó a su padre, a sus hijas, a su trabajo y desapareció de la nada. Años tarde, don Lupo recibía la noticia de que quizá su hijo trabajaba en el hipódromo de la ciudad de Nueva York. Pero para él, Antonio había muerto y enterrado con su amada nuera Ninfa.
Perdón por la entrada tan larga, pero quiero ser específico en cada detalle.
Avanzado este punto las niñas crecen y sin duda, la favorita de don Tano era Mimma.
Desde los 14 años su belleza robaba suspiros, y citando la frase: ¡bastaba mirarla para dar gracias al Señor!
Y esto en parte, era graciosamente preocupante para don Tano, ya que tenía que "espantarle" a cualquier tipo que quisiera pasarse de listo.
Hasta que...
En una calurosa mañana de Mayo, un Brigadier del Arma Real Montada de los Carabineros, la miraba hipnotizado, ella se sonrojó y aceleró el paso. Porque trabajaba bordando y tejiendo en una pequeña fábrica. Luego nos habla de su hermana Concetta, casada con un mal hombre y más tarde conocemos a su otra hermana, Luisa. La rutina es la de siempre, de su casa a la fábrica, de la fábrica a ver a su hermana y de regreso; sin embargo, ¿qué sería de un romance sin un amor a primera vista? Pues el encuentro entre Mimma y Tagliarini fue auténticamente de película. La salva de unos tipos malos que la perseguían y... sus miradas se encontraron en la oscuridad de la noche, sólo iluminada un poco por los faroles.
Sí, suena algo cliché, pero me gusta.
Y hasta aquí voy a hablar.
Porque es una historia que tienes que leer, tiene de todo: drama, comedia, suspenso (mucho), terror y algo que según me platicaron, un familiar muy cercano vivió y se me hizo muy lindo: cuando Tagliarini quiso conocer realmente a Mimma, tuvo que presentarse con sus padres y venderse como el mejor postor. Esto es algo que quizá... hoy día no sea tan usual, ya que los tiempos cambiaron y por medio de una App no sólo los papás, la familia entera de la chica te conoce y sin embargo (volviendo al tema) el no comprometerse de lleno con ella, le trajo un pequeño problema que fue deteriorándose y... ya me entenderán cuando lo lean.
No obstante, tuvo un "final feliz", no tan feliz como lo esperaba, pero sí más asombroso de lo que esperaba.
¡Gracias por leerme, nos vemos en la próxima!
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