Reseña: Frankie - El Radar Literario

La casa de las bellas durmientes Agnes Grey un beso en parís  40199054 40043351 El mañana empieza hoy Jesús me quiere 

21 marzo 2022

Reseña: Frankie

 


Título: Frankie - 
Una novela con monstruos y panqueques
Autor: Antonio Malpica
Páginas: 473
Género: Novela/Suspenso/Juvenil/Fantasía/Humor
Editorial: Océano Gran Travesía
Calificación: 5 Estrellas

SINOPSIS

CARTA NO.
RESUMEN DE CARTAS

No sé si te alegrará saber que NO ha ocurrido ningún percance al inicio de una aventura que siempre consideraste cargada de malos presagios. Estoy en San Petersburgo y NADIE HA MUERTO. 
Desde que me propuse esta expedición, me despierto pensando: 
¿Qué demonios hago, empujando esta necedad, pudiendo estar disfrutando de mis ahorros de otra manera?

Eres la única a quien puedo escribirle, así que no te librarás tan fácilmente.

Aunque tú sabes que lo mío no es el frío, no tengo miedo a continuar con mi cruzada. 
Podría decirse que me sometí al hambre, al frío, la sed, la falta de sueño y los avances románticos de sujetos de 250 libras. Pero bueno… al final, todo valió la pena; ahora tendré mi propio barco y mi propia tripulación. 
Sólo lamento no poder contar con un amigo.

No hay frío que pueda contra un buen abrigo de oso de 500 kopeks, liquidado en cómodos pagos mensuales.

Planeo partir hacia el puerto de Arcángel en unas semanas.

No bien llegó el día de cierta fecha de pago, llamó a la puerta un cobrador ruso carente de escrúpulos; casi devuelvo la piel de oso.

En fin,
vayamos al grano: SOY EL CAPITÁN DE UN BARCO y seguro estás sintiendo cómo el remordimiento te hunde. 
Me parece bien que te corroa la culpa.

Alquilé un barco y contraté un buen puñado de hombres. 
Mi barco: El Piggyback (sí, ya sé, el S.S. Rule Britannia costaba una fortuna). Sólo estoy esperando a que mejore el clima para levar anclas. La vida de un capitán es, creo habértelo dicho ya, resignadamente solitaria. Ni un amigo tengo. Y no creo poder tener uno.

Tampoco puedo dar demasiada confianza a mis subordinados: podría repercutir en una camaradería que me reste autoridad. Tiemblo al pensar que alguno me pida licencia para ausentarse …o quizá sólo detesto que me llamen Bobby. Tal vez no haya modo de hacerte saber cómo va la aventura en cuanto abandonemos el puerto.

Con Cariño, Robert Walton.

Si te llega esta carta, que espero sea así, será porque Johnny Bloomberg ha pedido licencia para ausentarse. 
Llevábamos casi una semana completamente varados en el mismo lugar porque el hielo nos había cercado por completo; por la popa apareció un trineo. Me encontré a 7 hombres encarando a otro. Se trataba de un tipo de mi edad.

Nos prometió una riqueza que jamás pensábamos tener, si le ayudábamos a atrapar a una punta de traidores, al instante, todos los tripulantes gritaron en júbilo y le arrojaron una cuerda.

El nuevo hombre a bordo se llama Víctor Frankenstein.
Después de una semana de estar con nosotros, puedo afirmar que es un demente. Hay días que ríe solo, otros que llora y luego ambas cosas. Es lo más parecido que tengo a un amigo, con un objetivo en mente: dar con el demonio al que perseguimos.

Al parecer, necesitaba un desahogo inmejorable, de esos que sólo una copa de vodka se pueden conquistar; nos habló sobre algo de una supraconciencia de su condición real y una especie de maldición que le permite ver cómo es en realidad. Acto seguido, me mostró unas hojas.

Dichas hojas de papel estaban a punto de desintegrarse, porque en ellas están el trazo de su destino. Bueno, el trazo del desAtino. Era muy claro para él: tenía que conducir su vida por ese nuevo derrotero, lo escribió todo en estas hojas. Su misión de vida.

De ahí que se tatuara debajo del brazo izquierdo, esta leyenda: FATUM FATIS EGO PEREA (Hágase el destino, aunque yo perezca): la justificación de todo lo que lo trajo allí.

Dejemos algo muy claro: Este un relato de horror. 
Vale la pena la advertencia por si algún día todo esto que digo queda escrito en papel.

MI OPINIÓN
¡Buen día, amigos! ¡Gracias por acompañarme una vez más!

Este libro en particular era uno de los que más había querido leer desde la FIL pasada (próximamente mi experiencia); tuve la oportunidad de convivir con el autor y como era de esperarse, de sólo escucharlo hablar, mis deseos de tener este libro en mis manos fue creciendo.

Antes de comenzar, quiero agradecer a Editorial Océano de México por el envío del ejemplar, ¡de verdad, muchas gracias!

Y ahora entrando de lleno en materia.
Todo inicia con las primeras cartas que en la versión original eran algo largas; y en esta edición también lo son... pero de una manera más divertida y por demás explicativa, mi primer carcajada fue en el primer capítulo: "Ahora sí", haciendo alusión a que se acababa el tema de las cartas.

Una vez pasadas las misivas, la historia nos habla de Víctor Frankenstein, tras 1 semana de convivir con quien precisamente escribe las mismas. Decía necesitar un amigo y la vida le permitió cruzar caminos (literal) con uno, luego de uno que otro Iceberg. Y como el cuerpo, de vez en cuando necesita ceder ante las teorías retóricas de la mente, había que poner en función a las papilas gustativas, pues todo órgano que no se usa, se atrofia.

La diferencia y lo que hizo que esta obra se me terminara en 5 días, fue que el autor creó una historia con picardía, idiosincrasia y el glamor muy mexicano, en ningún momento dejando de lado la elegancia y el porte de la caligrafía de la autora original. Fue aquí donde supe que esto sería un viaje que no querría termina pronto.

Alphonse, ocupaba cargos públicos (algo bochornoso para Víctor) y gracias a esto encontraba su vocación; un tiempo atrás, el no tan achispado Alphonse nomás no daba pie con bola. Verán, el amigo del amigo de un conocido suyo tenía un cargo importante y casualmente pasaba por ahí y casualmente le sentaba muy bien la peluca rizada y súbitamente en unas horas, ya había despachado más de 10 casos.

Tuvo una madre no muy aficionada a la maternidad, de manera que fue un niño que no necesito de grandes cuidados. No le gustaba llamar la atención, y cuando cumplió 6 años llegó a casa el primero de sus hermanos: Ernest, quien también se habituó a la falta de atenciones; cuando tenía 4 años un cochero le agarró los dedos con la portezuela del carruaje, ¡ahí dijo sus primeras palabras!, en su mayoría groserías.

Y finalmente llegó William, justo cuando Alphonse llamaba a Ernest por su nombre (solía confundir los nombres); dato curioso: a este tercer retoño sí lo reconoció como hijo suyo desde el primer día en el bufete de abogados.

Víctor ya tenía sus buenos 12 años cuando ocurrió el verdadero motor de su existencia, su única razón de existir: una chica de su edad con los ojos violeta más bellos que hubiera visto en su corta vida; detrás de ella venía su padre y un par de sujetos con un enorme baúl.

¡Gracias a que mi tía falleció, ahora Elizabeth se quedaba a vivir con nosotros!
Desde ese día, el cuñado de mi papá lo contactó para decirle que tenía pensado volver a casarse, ¡lo cuál unía para siempre a Elizabeth en nuestro hogar! Claro, a menos que la prensa se enterara que el juez Alphonse no quería a su sobrina. Terminó cediendo y se quedó con la niña.

Todo esto bajo el irrefutable escrutinio de Justine Moritz: una niña traída de la calle, que vivía con los Frankenstein y hacía labores de criada. Al morir su padre, su madre la echó a la calle y un día iba caminando la señora Frankenstein y ésta se le pegó como perrito faldero. Y así, recibía una nueva oportunidad. Una chica escuálida de ojos grandes y cabello escurrido.

Describo cada personaje porque cada uno tiene mucho que aportar a la historia, nunca pasan por alto y todos tienen su momento. Luego de conocer a cada personaje, Víctor tiene una misión: en la agonía de cierto familiar le es encomendado visitar a su primo Otto, que vive en una zona muy alejada y deshabitada; esta escena en particular me hizo reír demasiado porque no me la esperaba.

Entonces, Víctor se ve afectado más por sus intereses que por su buen corazón; ya que Otto podría ayudarle a concebir cierto plan que había fracasado.
Otto tiene una integridad tan sensata que si alguien lo adula y le dice que es parte del plan más maravilloso para explotar sus talentos y así, salir de su circulo habitual y cobrar notoriedad, entonces... podría ser benéfico …o perjudicial.

Amigos, entre que Víctor convence a Otto, recibe los consejos de su profesor, se mete en líos con pruebas que encuentran en su ropa mientras se encuentra en un baño de burbujas, lidia con un padre que evidentemente oculta algo, trata de mantenerse sereno ante los intereses de otros (ocultando los propios), este libro fue de lo más divertido que leí en el año. Está demás mencionar que Frankenstein de Mary Shelley fue mi lectura favorita de 2018 y enterarme que Antonio Malpica hizo un retelling del mismo, ¡no lo pensé 2 veces!

No quiero alargarme demás.
Son casi 500 páginas de un buen libro si quieres divertirte un buen rato y más, si eres fanático del original; y no quiero despedirme sin hablar del mensaje que me dejó: si algo o alguien está destinado a ser para ti, deja de idealizar eso que crees que es para ti y que sabes, por dentro, que no es y no será para ti. La vida siempre tiene algo mejor para nosotros; solo es cuestión de renunciar al control, renunciar a la insistencia de algo que no nos pertenece y principalmente, renunciar a creer que las cosas son como queremos que sean.

¡Gracias por leerme, nos vemos en la próxima!

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