Reseña: Umbilical - El Radar Literario

La casa de las bellas durmientes Agnes Grey un beso en parís  40199054 40043351 El mañana empieza hoy Jesús me quiere 

04 septiembre 2023

Reseña: Umbilical


Título: Umbilical
Autor: Andrés Neuman
Libro: Autoconclusivo
Páginas: 130
Género: Poesía/Narrativa
Editorial: Alfaguara (Penguin Random House)
Calificación: 4 Estrellas

SINOPSIS

No me atrevo a invocarte antes de tiempo, por si desapareces.
Pendes de un hilo pero no eres frágil, porque aún desconoces tu fragilidad. 
Ahora ella tiene 2 corazones: uno suyo y uno rebelde y, a falta de otro hombre, lo llamaremos: hijo.

Al ocultar su sexo en la pantalla, improvisa un pudor que aún desconoce.
La extraña potestad de elegir nombre se parece, quizás, a inaugurar idiomas por su primer vocablo; tu madre y yo te impondremos un nombre: una libertad y un acto de violencia.

Ya no camino igual por esta casa; sus rincones me acogen por anticipación, me hacen plegarse en busca del calor que estás trayendo. 
Lloro en la cocina pensando en que serás bienvenido.

Pasé mi primer año vomitando fluidos, realidad, puro país. 
No recuerdo si me bienvinieron; no me salió llorar cuando nací, solo miraba mucho, según cuentan. Había dictadura en el oxígeno, exilios y tortura en casa.

Tenía tanto miedo de que vinieras, hijo, a reencontrarme. 
Espero que me enseñes a llorar lo no llorado. No es que te convoquemos en tiempos agradables, hay pandemia, encierro y terremotos que cuestionan la base del relato.

Tu madre te percibe como una distensión o un gas afortunado. 
Por tus síntomas hijo, te conozco en el cuerpo del amor. 
Transmito melodías sin saber si te llegan... si me capta tu central uterina.

No puedes todavía abrir los párpados y nos haces ver. 
Serás quién sabe quién; no veo bien tu cara, pero te me pareces. 
Ya la vida te aburre, porque vives.

Esa ramita adjunta que acaba de caerse, con su aire de tubérculo, te mantenía unido a una memoria que no vas a tener. En ese exacto trance de comunión, deseo que el instante no transcurra, que tú no crezcas rápido, que yo nunca envejezca.

Eres perfecto, hijo, en tus carencias. Estoy tan a mis anchas que no estoy.
Hace unas cuantas noches, a eso le llamaba libertad.

MI OPINIÓN

¡Muy buen día, amigos lectores!

Sin duda, este libro es una poesía con categoría de un padre a su hijo, de una forma que sólo Andrés nos ha acostumbrado a hacerlo. Y pensar que todo sucedió durante la pandemia... le da un plus a este libro.

No puedo sino agradecer a Tere Zamora por recomendarme la novedad de un autor que la ha inspirado a superarse y a enamorarse de este género: la poesía.

Todo empieza en un desasosiego de algo tan hermoso como inesperado, algo que nos cambia la vida para siempre y que como padres, tenemos el deber de enseñarle a dejar un mundo mejor del que quizá podría encontrarse, el de ser padre; desde la concepción, cómo es que lo que empieza como un garabato, acaba tomando forma de una personita que está por hacer su debut en el plano terrenal.

Cuando pensamos en quiénes queremos, se asoma nuestro pasado, y observamos que la huella que dejamos con nuestros esfuerzos y batallas tenía un significado: prepararnos para algo más grande, donde por supuesto, llegaremos en forma. 
Y si ese camino se acompaña nuestra armonía y propósitos con otro espíritu que compensa nuestras imperfecciones, entonces la vida se nos hará más llevadera, porque iremos de la mano de alguien que nos apoyará en lo que tal vez ni creemos.

Verán, cuando yo paso por una crisis existencial, mi psicóloga me dijo que no permitiera que me consumiera por dentro, pues debe salir de alguna forma: escribiendo, corriendo, gritando, dibujándolo, ¡como sea!, pues si se queda ahí, se ahorra para la siguiente racha de malestar y entre más permita que me consuma, más grande será el deterioro que sienta.

Pues bien, para entonces, Andrés pasaba por un trance de incertidumbre tal, que logró convertir toda esa zozobra en letras, que me tranquilizaron y me hicieron darme cuenta que cualquier adversidad puede convertirse en una oportunidad para demostrar mi talento oculto, si se lee entre líneas.

Pasa el tiempo y su manera de filosofar es tan poética y profunda que tendría que llenar unos 3 o 4 párrafos para homenajear a alguien que aún en lo más oscuro de las circunstancias, logra hallar esa luz que no da pie a perder la esperanza.

Para terminar, en los últimos capítulos se me fue una lágrima. 
Heredar el recorrido de tu línea de sangre a las siguientes generaciones es tan emocionante como minucioso, porque hay una divertida incertidumbre de lo que está por venir, así como también hay un dejo de duda, pues no se sabe qué le toque vivir a partir de hoy y hasta donde la vida le permite.

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