Reseña: Arráncame la vida - El Radar Literario

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02 marzo 2020

Reseña: Arráncame la vida


Titulo: Arráncame la vida
Autor: Ángeles Mastretta
Libro: Autoconclusivo
Páginas: 270
Género: Novela/Histórico/Romance
Editorial: Seix Barral (Planeta)
Calificación: 4 Estrellas

SINOPSIS
En la épica post-revolucionaria, donde los matrimonios con muchos años de diferencia era el pan de cada día, Andrés de 30 le echó el ojito a un jovencita de menos de 15 y fiel a la tradición no podía quedarse atrás; desde el primer momento que la vio supo que iba a ser suya y que la iba a hacer suya.

Se ganó a su familia con sus relatos de héroe y sacando a pasear a sus hermanos en su auto del año, así como también tenía buena labia para convencer a sus padres de que a ella nunca le faltaría nada. Todo esto a partir de una seguridad implícita y a la vez conveniente.

Catalina era todavía una niña cuando de manera abrupta sucedió que Andrés se la llevó a Tecolutla y no supo ni cómo pero quedo... ¿embarazada? ¿pero cómo? Si a ella nunca le hablaron de esos temas del diablo, de ese pecado que no debe cometerse; total, ya cargando con su domingo 7 no les quedó de otra mas que matrimoniarse.

Aunque claro, no iba a ser una boda religiosa, ¿pa'que? Todavía es muy temprano para eso, con que se casen en lo civil y vaya la familia de ella, con eso tienen, ¿para qué quieren más?

¡Pero Catita también cuenta!

Está bien que el general Ascencio la elija como su mujer, pero ella también tiene derecho a alzar la voz; aunque lo único que pidió fue que sus hermanos y sus papás también firmaran el acta de matrimonio, y con todo y corajes de Andrés fue así como firmaron: Bárbara quien aseguraba que había enloquecido, Teresa que no quiso jugar, Marcos y Daniel muy serios y Pía la más joven cuyos ojos llegaban al escritorio. También Rodolfo y Chofi, par de robustos.

Todo esto, por supuesto que no llevaba a otro interés sino ganarle la gubernatura al general Pallares. Si iba a quedar de gobernador, más le valía empezar su descendencia porque luego el poder puede llegar a las manos equivocadas.

Ahora bien, pareciera que Catalina fue obligada a madurar antes de tiempo. Porque luego del casorio, se fue a vivir con Andrés muy alejada de su pueblo y de su familia, y a pesar de que sí cumplió con su palabra de que nada le iba a faltar, ella no terminaba de adaptarse a su nueva vida: una vida que no eligió, una a la que fue orillada a tomar o tal vez su situación económica no caminaría como entonces.

Posiblemente se estaría preguntando si estaría lista para experimentar más cambios en su vida, algunos donde tenga que ver la corrupción de frente y quedarse callada, otros donde no le quede de otra mas que ser parte de la misma o tal vez llegue el momento que se harte de todo y quiera tirar la toalla que... tenga sus riesgos pero, si alguien le hace un mal, ¿por qué ella no tendría el derecho de pagar con la misma moneda?

Si, estará debatiéndose entre lo moral e inmoral, si bien su nueva vida le permite apropiarse de cosas que jamás imagino tener, es neceser no cegarse con eso y perder el piso olvidándose de sus orígenes.


MI OPINIÓN
¡Feliz inicio de mes, amigos lectores!

El año pasado tuve la oportunidad de conocer a esta autora, en la FIL.
Fue a la distancia, ya que presencie la firma de libros que tuvo en su momento, ¡y de haberla leído antes de seguro que yo también hubiera estado formado!

Desde los primeros párrafos me envolví en la lectura, por un momento olvide que era febrero y que ya era septiembre, porque sentí esta lectura muy mexicana. Cuando Cati empieza a hablar de su vida, desde sus años de adolescencia... pude escuchar la voz de su edad actual y como si estuviera viendo una película de su vida, claro, con su acento de rancho que fue como leí el 80% del libro en mi cabeza.

La historia está situada entre los años 1930-1940 y fue la época en que nuestros abuelos se conocían desde muy jóvenes y a los meses ya esperaban a su primer hijo. Pude entender el por qué agarraron tan joven a Catalina y la ignorancia que tenía tanto ella como sus papás y sus hermanos, asombrándose desde la primera impresión por todo lo que les presumía Andrés.

Entre más avanzaba las páginas más odiaba al general Ascencio.
Entiendo que en ese tiempo lo normal era que el hombre saliera a buscar el sustento de cada día y la mujer se quede en casita, atendiendo a los hijos; que también anduviera de mujeriego y la mujer lidiaba con los problemas de los hijos, que si el hombre tenía hijos con cuanta mujer se le cruzaba y hablando particularmente de la historia, la paciencia, aceptación y dedicación que tuvo Catalina cuando se le juntaron los chamacos, fue donde para mi demostró de que estaba hecha.

Y con todo el derecho del mundo ella tenía libertad mas allá de ser la bonita imagen de su marido, se dio cuenta de eso, ¿y por qué no? Se divirtió a lo grande, después de mucho, mucho sufrimiento.

Una vez dije: "nada más inicio este capítulo y más tarde le sigo", ¡grave error!
En cada inicio del mismo es inevitable seguir la trama, porque es como si dejaras a medias un chisme, así tal cual. Mientras en el capítulo anterior se cierra un tema, en el siguiente ya continúa uno que se dejó en el aire o inicia otro que se enlaza con 2 o 3 capítulos anteriores. Gran parte del libro (si no es que todo) es la vida de ese par; por ahí esporádicamente habla en particular de Juan, el chofer que la lleva a todas partes (y mi personaje favorito de la historia) o de Lucina, que cuando se enteren de su historia, se darán cuenta que todos debemos tener una Lucina y también un Juan.


La parte que mas me entretuvo fue la de Carlos.
Tiene clase, es un maestro, tiene educación y sobre todo lo que más me gustó fue que aún en tiempos donde el machismo estaba en su esplendor, él hizo algo que sabía lo iban a tachar de maricón, pero le importó poco porque quiso salirse de lo común, de lo que todo mundo hacía si se salía del adiestramiento militar. Sin duda es de valientes lo que hizo, y más cuando se arriesgó a flirtear en el momento y con la persona que no debió hacerlo.

Amigos, cierro esta reseña hablando de la parte final.
No es bueno guardarse las cosas y esperar hasta ESE momento para ahora sí, soltarte y decir todo lo que siempre has callado más que por miedo a lo que pase y puedan decir, por miedo a ti mism@ y lo que imaginas que pueda pasar. La comunicación en pareja tiene que ser desde antes, durante y después de que se comprometen de por vida, no nada más por el calor del momento. La libertad tiene que ser pareja, en ambos y para ambos a pesar de das broncas que puedan enfrentar como pareja.



¡Gracias por leerme, nos vemos en la próxima!

2 comentarios:

  1. ¡Hola! :)
    He encontrado tu blog gracias al hilo de twitter, te sigo.

    Este libro lo tuve y leí muy pocas páginas que terminé abandonando porque creo que no era el momento adecuado, me has recordado que prometí darle otra oportunidad, gracias por tu opinión, ¡un beso!

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    Respuestas
    1. ¡Gracias por la flor!
      Sí, son buenas las segundas oportunidades porque ahora entras con más conocimiento.
      ¡Gracias por seguirme! Te sigo ahora yo también.

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