Titulo: El Club de la Salamandra
Autor: Jaime Alfonso Sandoval
Libro: Autoconclusivo
Páginas: 194
Género: Juvenil/Aventuras/Ciencia
Editorial: SM (Premio Gran Angular)
Calificación: 4.5 Estrellas
SINOPSIS
Tiene por lo menos 300 heridas, del cabello sólo conserva un mechón chamuscado y su piel esta prácticamente hervida. Llegó flotando en medio del Océano Pacífico, en un bote pesquero, lo iban a mandar al depósito de basura cuando mostró señales de vida y empezó a hablar en una mezcla de 9 idiomas; sólo se sabe que nació en una isla del Pacífico Sur, entre Java y Samoa.
¿Pero de quién hablamos?
Se trata de Rudolph Green, hijo del Norteamericano Henry Green y de la cocinera ruso-polaca Irina Konigsberg, los cuales lo instruyeron desde sus primeros días de vida: desde los 3 años sabía leer gracias a dedicarle horas al Atlas Universal y por si mismo desarrolló el interés de nutrirse de más conocimiento, fue criado por dos nanas descendientes de tribus de la isla Malekula. Años más tarde quedaría huérfano ya que a los 7 años perdería a su padre en las selvas de Borneo y a su madre, debido a que el barco donde iba como cocinera se atascó en una tormenta de nieve atrapado en un iceberg.
Esto, sin embargo, no representó un motivo para quedarse emocionalmente estancado; todo lo contrario, siguió avante en sus estudios hasta llegar a trabajar en el Orphanage St. George, una casita típica inglesa en medio de la selva.
Su capacidad intelectual era tan conocida por la zona que un día el director de un periódico sensacionalista lo llamó para traducir un mensaje en una lata sacada del mar, ya que ésta viene bastante sucia y Rudolph calculó que debe ser limpiado químicamente.
Todos estaban a la expectativa: periodistas, camarógrafos y reporteros. Después de lavar y desinfectar la lata, descubrió un pergamino en cuyo margen inferior del papel había una serie de números: 1933.56.6., y previo a esto, las letras TN.OV. Luego unas palabras en italiano que, si unimos todo, el mensaje sería el siguiente:
TN.OV.1933.56.6
"Le recomiendo visitar la biblioteca romana de esta calle y pedir..."
¿Qué significa eso? ¿Se trata de alguna clave en código desconocido?
¿O es que a caso se trata de una noticia manipulada para generar rating?
Venía de una aventura en el mar y no imaginé que volvería a zambullirme, pero ahora más en profundidad metafórica y literalmente.
¿Pero de quién hablamos?
Se trata de Rudolph Green, hijo del Norteamericano Henry Green y de la cocinera ruso-polaca Irina Konigsberg, los cuales lo instruyeron desde sus primeros días de vida: desde los 3 años sabía leer gracias a dedicarle horas al Atlas Universal y por si mismo desarrolló el interés de nutrirse de más conocimiento, fue criado por dos nanas descendientes de tribus de la isla Malekula. Años más tarde quedaría huérfano ya que a los 7 años perdería a su padre en las selvas de Borneo y a su madre, debido a que el barco donde iba como cocinera se atascó en una tormenta de nieve atrapado en un iceberg.
Esto, sin embargo, no representó un motivo para quedarse emocionalmente estancado; todo lo contrario, siguió avante en sus estudios hasta llegar a trabajar en el Orphanage St. George, una casita típica inglesa en medio de la selva.
Su capacidad intelectual era tan conocida por la zona que un día el director de un periódico sensacionalista lo llamó para traducir un mensaje en una lata sacada del mar, ya que ésta viene bastante sucia y Rudolph calculó que debe ser limpiado químicamente.
Todos estaban a la expectativa: periodistas, camarógrafos y reporteros. Después de lavar y desinfectar la lata, descubrió un pergamino en cuyo margen inferior del papel había una serie de números: 1933.56.6., y previo a esto, las letras TN.OV. Luego unas palabras en italiano que, si unimos todo, el mensaje sería el siguiente:
TN.OV.1933.56.6
"Le recomiendo visitar la biblioteca romana de esta calle y pedir..."
¿Qué significa eso? ¿Se trata de alguna clave en código desconocido?
¿O es que a caso se trata de una noticia manipulada para generar rating?
MI OPINIÓN
¡Que tal amigos, nos volvemos a encontrar!
Venía de una aventura en el mar y no imaginé que volvería a zambullirme, pero ahora más en profundidad metafórica y literalmente.
Comenzaba leyendo una descripción de alguien que llegaba a la superficie como humanamente le fue posible y que venía de una larga misión, aquí me di cuenta que esta historia empieza por el final. Luego, nos dan más información referente al protagonista: Rudolph Green. De dónde viene, cómo pasó sus primeros años de vida, cómo ve el mundo y dónde está actualmente.
A partir del descubrimiento de la lata es cuando las cosas empiezan a moverse; pude sentir que el autor sabe cuando se quiere hacer amarillismo de cualquier noticia con tal de ganar más audiencia, aunque pudiera parecer la nota más tonta. Sin embargo, este no es el caso... o al menos eso se esperaba, cuando se reveló el mensaje se alejaron todos, desde el camarógrafo que no dejaba de tirarle de flashazos hasta el reportero que no paraba de hablar; ¿pero por qué? Porque venía escrito en un código especial que pocos podían entender... ponerse a pensar, no es algo que los medios promuevan muy seguido.
Cuando de verdad quieres algo, con todo tu corazón porque crees en eso y estás seguro que esa es tu vocación, entonces mueves mar y tierra para poder conseguirlo. Cuando decía que tuvo que deshacerse de recuerdos, cosas que le costaron años conseguir y objetos con mucho valor sentimental, entonces, tal vez ahí me habrá yo frenado un segundo en considerarlo. Pero no fue este el caso, Rudolph se muestra muy seguro de sus decisiones desde el inicio aún cuando todo mundo piense de él como un demente.
No me gustaría hacer más revelaciones, trataré de ser conciso.
En su llegada a Roma y desde muy temprano, el libro tiene su primer Plot-Twist. Todo lo que había creído hasta ese entonces resulto ser una falacia, la anticiencia lo invita a replantearse lo que conoce hasta ahora.
Aceptarlo de buenas a primeras... no fue tarea fácil.
Ahora bien, hablemos de más personajes.
Graziella Cavalli es esa chica guapa que no se da cuenta de su belleza por estar pensando en sus asuntos. Belleza más intelecto.
Salvatore Vezza es un erudito de la cultura general, pero más en conocimientos que sólo vienen en los libros, de esos que parecen biblias que no todos nos atrevemos a terminar.
Genovevo Albani es otro gran conocedor de la cultura general, considero que él y Salvatore bien podrían dirigir una Universidad.
Bianca Rosa Savacedo de quien yo tenía idea una apariencia y tuvo una muy diferente, es como ese familiar hipocondríaco que sólo se enferma cuando le conviene, pero cuando las fichas están de su lado hasta se le olvida que se estaba medio muriendo; también muy culta en su materia y con más de una sorpresa bajo la manga.
Amigos, me encanta que cada uno de ellos tiene su momento de fulgor. No hay capítulo en el cuál no destaque alguno, ya sea por su torpeza o por su capacidad para resolver los acertijos, que, déjenme decirles que hay más de un par de ellos y cómo están ligados en una cadena tan bien hecha, si se pierden en uno, tal vez no van a entender mas adelante el por qué de cada cosa. Así que muy atentos y mucho ojo.
Volviendo a la trama, simplemente dire: ¡Wow!
Las construcciones de los submarinos, sus historias, sus estructuras y todo lo bien pensado que están... hubo un momento donde me sentí en la costa donde se llevaban a cabo y hasta me dieron ganas de ayudarles ya sea llevando tubos por ahí o cargando clavos y martillos por allá o darle una pintadita... no sé, yo quería que mi nombre se escribiera entre las personas que lo construyeron.
Rescato la actitud -igual y ya lo había dicho anteriormente- de Rudolph, pero más cuando tuvo que hacer a un lado su orgullo y su ego preocupándose por un bien que no era él.
Pippo me pareció alguien que a pesar de su mala fortuna, se crecía ante las dificultades cuando menos lo esperaba, y más cuando venían acompañadas de quien estuviera a su favor.
Y respecto a la decisión final de Rudolph... caray, no... no pude entender el por qué, me tomó un tiempo tratando de comprender por qué hizo eso; me quedé con un nudo en el corazón. Aunque por otro lado lo entiendo, se dio cuenta de sus actitudes pero... no era motivo para de golpe zafarse del problema. En mi opinión, debió pensar en cómo resolver ESE problema desde el principio, pero sólo le dio vueltas y "resolverlo" así... me removió el corazón y me dejó un tanto inconforme.
Si no mal recuerdo, este fue de los primeros libros que escribió Jaime Alfonso que incluso ganó el Premio Gran Angular en el año 97 y fue traducido al holandés y al francés si no me falla la memoria (en caso de ser no así, corríjanme).
Mi calificación fue así por un par de errores gramaticales (sí, ni yo lo creía) y algunas partes que las sentí de relleno y frenaban mi lectura.
A partir del descubrimiento de la lata es cuando las cosas empiezan a moverse; pude sentir que el autor sabe cuando se quiere hacer amarillismo de cualquier noticia con tal de ganar más audiencia, aunque pudiera parecer la nota más tonta. Sin embargo, este no es el caso... o al menos eso se esperaba, cuando se reveló el mensaje se alejaron todos, desde el camarógrafo que no dejaba de tirarle de flashazos hasta el reportero que no paraba de hablar; ¿pero por qué? Porque venía escrito en un código especial que pocos podían entender... ponerse a pensar, no es algo que los medios promuevan muy seguido.
Cuando de verdad quieres algo, con todo tu corazón porque crees en eso y estás seguro que esa es tu vocación, entonces mueves mar y tierra para poder conseguirlo. Cuando decía que tuvo que deshacerse de recuerdos, cosas que le costaron años conseguir y objetos con mucho valor sentimental, entonces, tal vez ahí me habrá yo frenado un segundo en considerarlo. Pero no fue este el caso, Rudolph se muestra muy seguro de sus decisiones desde el inicio aún cuando todo mundo piense de él como un demente.
No me gustaría hacer más revelaciones, trataré de ser conciso.
En su llegada a Roma y desde muy temprano, el libro tiene su primer Plot-Twist. Todo lo que había creído hasta ese entonces resulto ser una falacia, la anticiencia lo invita a replantearse lo que conoce hasta ahora.
Aceptarlo de buenas a primeras... no fue tarea fácil.
Ahora bien, hablemos de más personajes.
Graziella Cavalli es esa chica guapa que no se da cuenta de su belleza por estar pensando en sus asuntos. Belleza más intelecto.
Salvatore Vezza es un erudito de la cultura general, pero más en conocimientos que sólo vienen en los libros, de esos que parecen biblias que no todos nos atrevemos a terminar.
Genovevo Albani es otro gran conocedor de la cultura general, considero que él y Salvatore bien podrían dirigir una Universidad.
Bianca Rosa Savacedo de quien yo tenía idea una apariencia y tuvo una muy diferente, es como ese familiar hipocondríaco que sólo se enferma cuando le conviene, pero cuando las fichas están de su lado hasta se le olvida que se estaba medio muriendo; también muy culta en su materia y con más de una sorpresa bajo la manga.
Amigos, me encanta que cada uno de ellos tiene su momento de fulgor. No hay capítulo en el cuál no destaque alguno, ya sea por su torpeza o por su capacidad para resolver los acertijos, que, déjenme decirles que hay más de un par de ellos y cómo están ligados en una cadena tan bien hecha, si se pierden en uno, tal vez no van a entender mas adelante el por qué de cada cosa. Así que muy atentos y mucho ojo.
Volviendo a la trama, simplemente dire: ¡Wow!
Las construcciones de los submarinos, sus historias, sus estructuras y todo lo bien pensado que están... hubo un momento donde me sentí en la costa donde se llevaban a cabo y hasta me dieron ganas de ayudarles ya sea llevando tubos por ahí o cargando clavos y martillos por allá o darle una pintadita... no sé, yo quería que mi nombre se escribiera entre las personas que lo construyeron.
Rescato la actitud -igual y ya lo había dicho anteriormente- de Rudolph, pero más cuando tuvo que hacer a un lado su orgullo y su ego preocupándose por un bien que no era él.
Pippo me pareció alguien que a pesar de su mala fortuna, se crecía ante las dificultades cuando menos lo esperaba, y más cuando venían acompañadas de quien estuviera a su favor.
Y respecto a la decisión final de Rudolph... caray, no... no pude entender el por qué, me tomó un tiempo tratando de comprender por qué hizo eso; me quedé con un nudo en el corazón. Aunque por otro lado lo entiendo, se dio cuenta de sus actitudes pero... no era motivo para de golpe zafarse del problema. En mi opinión, debió pensar en cómo resolver ESE problema desde el principio, pero sólo le dio vueltas y "resolverlo" así... me removió el corazón y me dejó un tanto inconforme.
Si no mal recuerdo, este fue de los primeros libros que escribió Jaime Alfonso que incluso ganó el Premio Gran Angular en el año 97 y fue traducido al holandés y al francés si no me falla la memoria (en caso de ser no así, corríjanme).
Mi calificación fue así por un par de errores gramaticales (sí, ni yo lo creía) y algunas partes que las sentí de relleno y frenaban mi lectura.
¡Gracias por leerme y nos vemos en una próxima lectura!
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