Reseña: Cada día

Título: Cada día
Título original: Every day

Autor: David Levithan

Libro: Autoconclusivo

Páginas: 294

Género: Juvenil/Romance/LGBT/Ficción
Editorial: RBA Molino (Océano)
Calificación: 4.5 Estrellas

SINOPSIS

Cada día “A” despierta con un una complexión diferente, con una vida diferente y una realidad diferente. Accede a la información de cuyo cuerpo posee y trata de hacer de ese día un mejor día; sin embargo, para el amor no existe género u origen. 

Rhiannon le roba sus pensamientos, sus acciones y sus sentimientos, no puede dejar de pensar en aquella tarde que compartieron juntos en la playa. Ahora, debe seguir en su día a día, pero podría complicarse, porque el corazón insiste en buscar el motor que lo haga latir con una sonrisa genuina.

Aunque esto no lo exime de otras emociones y preferencias, no solamente en el sentido estricto de la palabra... tal vez tenga que ser flexible e ir contra su voluntad. Porque todos los días vive algo especial y único que lo hace valorar su vida y las vidas que habita.

¿Podrá el amor coexistir a pesar de esto?

MI OPINIÓN

¡Que tal, amantes de la lectura romántica!

Vaya historia que acabo de terminar.

Primero entra a clases con el físico de alguien que sabe quién es pero desconoce de dónde viene, para esto accede a la información de todos sus recuerdos y mientras los visualiza, los va comprendiendo para hacerse una idea de su misión del día. Pero ese día algo cambia.

Quien se sale de los planes es ella, la novia de Justin: Rhiannon. 

Él quería seguir sus labores escolares; no pudo resistirse ante tal encanto, que lo invitaba a romper las reglas e irse de pinta; en más de 5,000 días de ser tantas personas, jamás imaginó que llegaría ese día y menos lo que pasaría a continuación.

Debido a que nunca tiene que tomar verdaderas decisiones, ni sentir la presión de los amigos o la carga de las expectativas familiares, no le ciega el pasado ni le motiva el futuro, y se concentra en el presente porque ahí quiere vivir.

Puede acceder a recuerdos e información de la persona, más no a los sentimientos.

En teoría esta es una regla fundamental, sin embargo, tratándose (según entendí yo) de un "extraterrestre", el autor nos da a entender que el amor nos llega a todos, seamos o no de este planeta.

Me emocionaba ir leyendo día a día, a quién interpretaba, qué es lo primero que veía, qué escuchaba, qué sentía, qué ropa iba a ponerse. Después de todo eso, a revisar religiosamente el email para seguir la trama del capítulo anterior que dejaba una interrogante; obsesionado por saber qué onda con su amada, se le olvidaban las actividades del día, de la persona en la que habitaba.

Admito que hubo un momento que de plano "A" se olvidaba de su misión del día y le daba más importancia a lo personal. No sé si es cuestión de la edad o que el amor le pegó muy fuerte.

Primero nos habla de quién es y qué le tocaría hacer.

A ver, de acuerdo, ya sé qué todo eso y que en algunos casos no le quedaba de otra mas que apegarse a las reglas. Pero en un tramo del libro, creo de la mitad para arriba, la historia giró en torno a llenar ese vacío y sí, entiendo que es el meollo de la historia. Pero no sé, me sonó a como cuando to toca hacer un trabajo en equipo y terminas haciéndolo todo tú por que crees que tus ideas son mejores, sin escuchar otras.

Pero como dije, a veces tenía que ceñirse a lo que le tocaba.

Hay un par de capítulos que me pusieron a pensar, casos que desafortunadamente siguen sucediendo, como el de Kelsea: ¡un tema que no debe ignorarse jamás!, la muerte no es un juego de niños y menos si se trata de un alma perdida que quiere arrebatarse la vida; otro más donde nos pone en los zapatos de alguien con sobrepeso, cómo cambia todo: las miradas, las críticas, el cuidado personal y muy importante... la auto-aceptación.

Es un libro que te enseña valores, muy escondidos, pero que te los mete de manera subliminal, ¡y qué bueno que lo hace en literatura juvenil!, que este es su principal target.

Me despido aplaudiendo el final.

Tuve que leer dos veces la decisión de "A" que, me movió sentimientos y no le quedaba de otra, porque después de tantos encuentros con ella... me enseñó que quien verdaderamente ama, piensa primero en la otra persona antes que en sí mismo/a.

¡Gracias amigos!

Nos vemos en una próxima lectura.