Reseña: Una vez Argentina - El Radar Literario

La casa de las bellas durmientes Agnes Grey un beso en parís  40199054 40043351 El mañana empieza hoy Jesús me quiere 

25 septiembre 2020

Reseña: Una vez Argentina

 


Título: Una vez Argentina
Autor: Andrés Neuman
Libro: Autoconclusivo
Páginas: 294
Género: Autobiografía
Editorial: Alfaguara (Penguin Random House)
Calificación: 4 Estrellas

SINOPSIS
Todo comenzó en la Rusia zarista, donde cualquier joven podría ser llamado para servir al ejército. Alguien no tuvo más opción que -cuenta la leyenda- hurtar la identidad de un soldado alemán de apellido Neuman,

En Kamenetz (ahora Ucrania) se encontraba ese alguien que sabía que la única forma de desertar era amputándose una parte de su cuerpo; sí, puede sonar algo dramático, pero en tiempos de guerra era lo menos que podían hacer... a menos que tuviera que recurrir a algo más sofisticado

¿Que de quién hablo?
Del hombre que lo inició todo y que -continuando con la historia- tuvo que casarse con su prima hermana Lidia, nacida en Lituania. Quien en medio de una guerra mundial, tomó la mejor opción para salvarse el pellejo y evitar ir a campos de concentración; ya unidos en matrimonio llegaron a Argentina donde si no tenían una familia, se la inventan.

Hablo de Jacobo, un hombre visionario. 
Que aunque desde que llegó a la Argentina y tuvo una profesión frustrada como la ingeniería, trabajó en el negocio de las telas, y de paso se informó sobre la infraestructura de las grandes empresas que a posteriori, sería la base de un negocio que a futuro le generaría ganancias.

Sólo se puede decir que Andrés, el autor de esta historia, recuerda que salir de paseo con el bisabuelo Jacobo era como salir con un niño canoso. Todo lo quería y todo quería repartirlo.

Su lema fue que todas las herencias deben entregarse en vida.

Andrés también recibió un tesoro muy valioso, una carta de su abuela materna Blanca, la carta de su vida; tal vez él lo había olvidado pero alguna vez se la pidió y ella nunca lo olvidó. La tiene tan celosamente resguardada porque hoy día ya no existe esa caligrafía, ese pulso y esas verdades que sólo podían revelarse en voz baja. Le cambió la vida.

Incluso sus tatarabuelos René y Louise provenían del viejo continente, aunque no con la misma suerte que Jacobo. Podríamos decir que al sentirse desprendidos de un jerarca religioso, tuvieron la libertad de elegir su destino, el cual tuvieron a bien elegir la cordillera de los Andes.

Ahora que conocemos las raíces de sus predecesores, el autor nos invita a descubrir más detalles sobre su vida, bajo la promesa de: divertirnos, entender el autocracia, el ingenio ante inminentes manifestaciones de rigor, conmoverse por una ausencia que jamás mostró indicios de ser, en fin... tantas emociones que sólo una persona puede lograr transmitir en cada página.

MI OPINIÓN
¡Felices lecturas estén teniendo todos ustedes, amigos!

Primero que nada, agradezco a Tere Zamora por sugerirme esta lectura, es su autor predilecto y después de haberlo leído entiendo por qué lo admira tanto.
Los invito a pasarse por su canal: Teteralalala

Y ahora sí, hablando del libro me encontré con un inicio muy divertido donde Andrés nos narra su nacimiento, que fue con ojos muy abiertos como si mirara a su alrededor y no lloraba, estaba muy quietecito. Hasta que el doctor de manera muy práctica lo conminó haciendo su parte y finalmente las lágrimas llegaron.

El siguiente capítulo como podía ser de una anécdota de Andrés, podía ser una de Jacobo o de su padre, o también un capítulo de 4 renglones sobre algún hecho brevemente narrado como el de una empleada de 16 años que de un día para otro no regresó, o cuando al año siguiente del nacimiento de Andrés, Argentina ganaba una copa del mundo y entonces aprendió a pronunciar su primer palabra: zemáfaro, la cual la traigo en el inconsciente desde el día que en que la leí.

Pero también hay episodios que narran la impotencia de las dictaduras que obligaron a salir del país a sus abuelos; imaginar cómo pasaban los tanques por las calles aledañas a su residencia me puso los pelos de punta y esa mañana que leí esos momentos, fue el momento donde más lento se me hizo que iba la lectura, pero ojo, no por algún tipo de bloqueo lector, no; hablo de la violencia soberbiamente descrita escondiendo un sentimiento interior representado por los gritos de miles de argentinos que se preguntaban por qué ellos tenían que pagar por un gobierno... por llamarlo de alguna manera, espurio.

Admito que los momentos crudos del libro fueron los que más me costó comprender tanto al leerlos como al pasarlos al filtro de mi comprensión lectora; caray, vi que el peronismo no fue algo muy memorable para el pueblo argentino. Pero no todo se limita al gobierno autoritario, pasa en Argentina y también pasa en México: el abuso de poder es un mal que nos aqueja desde tiempos memorables.

Cuando Andrés tenía meses de haber nacido, su mamá tuvo a bien usar su inteligencia para no ser víctima (más) de un alto mando que quiso prohibir vacaciones a los obreros, pero no sólo eso, ¡también quiso privarlos de su sueldo! Dicho personaje enfermo, pervertido y vulgar no dejaba de mirarla lascivamente, fijando su mirada en el escote de su blusa y en la longitud de su falda. En ese momento sentí rabia; no obstante, de manera muy sútil y delicada, supo -como decimos en México- marearlo, hablándole de su violín y hablándole de grandes maestros de la música como Beethoven, Mozart, Rossini, de tal manera que lo aborreció del tema. Luego, tuvo una llamada de una reunión en el congreso, para llegar a un acuerdo... pero sí me sacó de onda que en esos años había manera de colarse a las llamadas y ella escuchó una voz que la amenazaba si iba. Tras una larga charla que terminó a altas horas de la noche con su marido, acudió a la reunión con un recelo de represalias. Todo marchó como debía ser y hubo un acuerdo, sin embargo, en otra etapa de su vida le tocaría vivir algo que...

...no se lo deseo a alguien que tenga un evento al aire libre, con una multitud y que de la nada, se haga un silencio frío, incierto, con todos los sentidos en la piel, deseando respirar el aire de mañana.

Podría citar más capítulos; aquí lo curioso es que -agregando al comentario anterior- como pueden haber capítulos de 4 renglones, también los hay de 2 o 3 páginas y cuando menos lo pienso ya me acabé uno de 10 páginas. Los más tiernos para mi son todos y cada uno en los que cuenta cómo surgió el amor entre sus bisabuelos, abuelos y sus papás. Cada uno tiene su historia donde -esto a título personal- el amor se va a dar aunque veas que la otra persona en ese momento no vea un interés en ti, pero si de verdad lo sientes, eres paciente y crees en el palpitar de tu corazón al mirarla/o, ¡hazlo!, por más ridículo o tonto que suene. No volverás a sentir eso por otra persona, ¡jamás!

Oportunidades hay muy pocas en la vida y no solo hablando del amor, también de ver a ese amigo conociste en la secundaria y que tal vez no vuelvas a ver. Cesarini se me hizo un niño muy tierno, Ferrando muy parecido a mi con su aparente soledad, pero cuando Andrés fue a su casa pudo ver que sabía divertirse solo. Sus amigos y compañeros de la Scholem Aleijem (escuela fundada por sus ancestros) fueron cómplices de sus mejores aventuras y las más desatadas locuras perpetradas no por él, impulsado más "voluntariamente-a-fuerzas"; sufrí demasiado cuando tuvo que batirse a duelo con Cesarini, aunque también me reí otro tanto -¿para qué negarlo?- y más porque su "pelea" fue más involuntaria.

Las pesadillas que tuvo. 
Su abuela Dorita, una que todos a nos gustaría tener.
Ponnie, ¿por qué se llama así? Es una historia interesante.
Sus tatarabuelos reacios a obedecer órdenes por un capricho inútil, siendo exiliados y eligiendo sabiamente adonde ir.

Y esa chica, que pensó que no volvería a ver.
Cuya sola presencia le robaba el aliento y lo reanimaba y lo ponía felizmente nervioso.
De verdad amigos, no hay que dar las cosas por sentadas, la vida tiene muchas sorpresas para nosotros, no hay que rendirse nunca.

Menos de 300 páginas me da para más de 300 palabras para expresar todo lo que me hizo sentir la historia de un hombre que aunque en sus primeros años de nacimiento pago de alguna manera las consecuencias de la preocupación que se vivía en ese momento, tuvo una familia que supo salir adelante, que siempre estuvo unida a pesar de sus diferencias de opinión de varios temas y que dicha familia se extendió a los amigos.

Los últimos 2 capítulos de esta autobiografía fueron los que liberaron esas lágrimas que se negaban a salir durante toda la historia. 
Ese llanto de impotencia ante los abusos o intentos de abuso, ante el golpe de suerte de salvarse de hacer servicio militar o de aquel encuentro infraganti de una empleada doméstica con la cual Andrés se llevaba bien pero que fue despedida porque se portó mal.

Amigos, no me alargo más.
Si tienen ganas de leer una autobiografía fuera de los estereotipos con palabras rebuscadas y con letra manuscrita, si sólo buscan divertirse y conocer a un autor multipremiado (y joven), no busquen más. Detrás de cada premio, hay una historia y aquí está el origen.

¡Muchas gracias por leerme, nos vemos en la próxima!

2 comentarios:

  1. ¡Moyyyyy!
    No sabes cómo me dejó tu reseña. Tengo la piel chinita de emoción y el corazón apachurrado de amor. Me alegra muchísimo que te haya gustado🥺💖.
    Gracias por leer a mi autor favorito y por hacerle tremenda reseña, ¡eres genial!
    Te quiero un montón 💖✨.

    ResponderBorrar
  2. En parte me inspiraste a leer este libro que me transportó en el tiempo y que me hizo admirar a Andrés, que viene de una línea de sangre privilegiada y sobreviviente (si se puede decir así), este autor tiene el don de no permitirte dejar un libro a medias, sabe cómo engancharte y seguir leyéndolo.
    ¡Te quiero un montón!
    Gracias por tus palabras =) :'(

    ResponderBorrar