Reseña: Guiño - El Radar Literario

La casa de las bellas durmientes Agnes Grey un beso en parís  40199054 40043351 El mañana empieza hoy Jesús me quiere 

14 diciembre 2020

Reseña: Guiño

 

Título: Guiño
Título original: Wink
Autor: Rob Harrell
Libro: Autoconclusivo
Páginas: 357
Género: Infantil/Juvenil/Autobiografía/Aventuras
Editorial: Océano Gran Travesía
Calificación: 4.5 Estrellas

SINOPSIS

Su rostro es el molde que va encajado en las ranuras de la mesa, la camilla se levanta y lo coloca en su lugar. 

El tratamiento oscila entre los 25 minutos; brazos, piernas, cuello, todo debe mantenerse en su lugar, nada debe estar fuera. Frank espera que Callie le ponga una masilla azul en el puente de la nariz. 
Cuando se lo indique, debe mirar fijamente a la X Roja encima de él, justo cuando la máquina lo coloque en posición. Todos le sonríen para levantarle el ánimo.

En tanto él, cierra los ojos y suelta el aire. Un momento después, se escuchan unos sonidos fuertes muy similar al de un motor. La primera de muchas, muchas sesiones... esta por comenzar.

Todo comenzó desde el #MalDía1
Mientras Ross leía Matar un Ruiseñor, le preocupó la expresión de su padre, luego de tocarle por encima del ojo... bueno no, en realidad solo le llamó la atención. Vaya, era solo un fluido que tenía en esa zona.

Sin embargo, decidió llevarlo a un especialista.
Luego de que el doctor Sheffler lo revisara y tuvieran que esperar algunos días, recibieron su llamada. La tomografía reveló una masa justo encima de su ojo derecho; Ross, con 12 años cumplidos se preguntaba, ¿por qué a él?, no lo comprendía del todo.

Posteriormente Linda (su madrastra) sería informada, luego su abuela en St. Louis.
Pero Ross sólo sentía entumecimiento.

Luego de su primer sesión (en la cual Frank lo felicitó), fueron a la oficina de El hombre que tiene todas las respuestas, el Doctor Throckton, en radiación; llegan a la sala de espera y ahí conoce a alguien, que le dicen, debe mantenerse alejado. Se trata de Jerry, le viejo más cascarrabias del mundo, le restan 44 sesiones y va en su sesión 36.

Abby Peterson dijo que quería acompañarlo ese día, pero no pudo.
Ella ha sido su mejor amiga desde el tercer día de primer grado, la única que bromea de su situación. Lo ha venido haciendo desde el principio y él se lo toma para bien. En 4to grado, dieron la bienvenida a Isaac Nalibotsky. Entre los tres hacían un equipo increíble... 
hasta que sucedió el desperfecto de Ross e Isaac ...desapreció.

Un nuevo y desconocido mundo le espera a Ross, entre sus sesiones, el bullying escolar, Frank, Linda, su papá y Jimmy Jenkins, el adversario más pesado de la escuela.
Y también está la sonrisa deslumbrante que le hace un nudo en la garganta y que cada que la mira, el mundo es mejor: Sarah Kennedy.

MI OPINIÓN
¡Muy buen día estén pasando, mi gente!

Antes de comenzar la reseña, hago extenso mi agradecimiento a Editorial Océano de México por el ejemplar, ¡de verdad, muchas gracias!

Y ahora sí, comenzamos.
Esta historia inevitablemente me hizo recordar a una historia que de alguna manera me fue similar, por lo cual me adapté al ritmo del libro rápidamente y se convirtió en una historia de superación sin caer en los clichés que me imaginaba pudiera encontrar en determinadas partes de la historia.

Todo comienza cuando del aburrimiento a la preocupación hay un paso.
Ross lee muy tranquilamente en su habitación, luego su papá entra para saludarlo y le nota algo raro en el ojo derecho... aunque no directamente ahí, sino en la parte superior. Yo lo imagine como un grumo, me lo imagine tan bien que me arrepentí de mi buena imaginación.

Acto seguido, como todo buen padre pone manos en acción haciéndole las preguntas de rutina: ¿te has sentido bien últimamente?, ¿no te molesta?, ¿no te duele algo?
Y como todo padre que ama a su hijo tiene hasta la más modesta precaución, Ross es analizado por un médico que al principio le dice que pudiera ser peligroso si no se opera ese ojo. Este mismo doctor llama a una especialista que sólo logra espantarlo mas, so pena de no solo perder un ojo, también el otro podía verse afectado, significando esto el fin de su vida ocular.

...no iba ni en la página 50 cuando dije: un libro más que si empieza mal, acaba mal; afortunadamente no fue así. Y es que... el autor estaba jugando con mis sentimientos, ja, haciéndome pensar que sería un libro triste y desolado. Hasta que llegó el doctor que tiene todas las respuestas, el Dr. Throckton. Ese pequeño momento de oscuridad me fue tan iluminado que leí volví a leer con esperanzas renovadas.

A partir de este punto, hay un vaivén de historias entre narraciones del presente y flashbacks. Todo lo que suceda en este lapso del tiempo es sumamente importante porque es cuando interactúan los personajes principales: Abby, Jimmy, su papá, Linda (no se llama Bucky's, si lo leen me entenderán) y Jerry, el cual es un punto y a parte. No pensé que con el tiempo me fuera a caer tan bien. Al principio pensaba que era un arrogante y que sólo quería llamar la atención porque sí; pero este señor me enseñó que los mejores amigos no tienen una edad determinada ni un momento determinado para llegar a tu vida. 

Todas las emociones que tiene Ross en su curso escolar, logró conectarme con mi yo de 12 años que me negaba a aceptar mis limitaciones, mis defectos, todo lo que no me gustaba de mí. A esto le sumamos un sombrero que tuvo que usar, unos cero divertidos memes cuyo coraje liberó de una manera muy inteligente, a través de su guitarra y, para mi la parte más divertida: los cómics del Baticerdo.

Ante todo esto, Ross no está solo en esta nueva vida. Lo acompaña, para mí, su mejor amigo fuera de la familia: Frank. No lo juzga, no lo cuestiona, lo trata como adulto, no duda de él, es decir, sabe ponerse bien en sus zapatos porque sabe a lo que se enfrenta. Frank está con él en los momentos de mayor aprieto emocional y en lo personal, lo considero como el hermano que le hizo falta. De verdad, amigos, si en su vida encuentran un Frank no lo dejen ir.

Quisiera hablar de sus aventuras escolares y de lo acontecido durante el tratamiento, pero estaría arruinando lo mejor del libro. Por eso hablo en general de lo que me hizo sentir cada capítulo; sin embargo, sí quisiera recalcar específicamente lo que le pasó a Ross: 
Un carcinoma mucoepidermoide en la glándula lagrimal. Que es un tumor muy poco común. No quería pasarlo por alto. Termino esta reseña aprendiendo que siempre hay una manera de salir de cualquier aprieto que se nos presente en la vida, siempre. Aquí, Ross sacó sus peores sentimientos plasmándolos en un cómic muy divertido y que, este talento le viene de sangre. Su mami, quien pintaba y dibujaba cuando él tenía entre 4 y 5 años, le transmitió su amor por el arte; hay algo que él tiene celosamente guardado: ese álbum de fotos de cuero que sólo él conoce su contenido. Ese secreto que lleva en su corazón para siempre, fue -para mi- su motor para salir adelante.

Oh y si llegara a salir un libro de historias gráficas del Baticerdo, sería el primero en adquirirla. Y amigos, no confíen en alguien que se muestra vulnerable, porque tal vez esa persona que tanto odian, en una de esas... les remueve las ideas y se llevarían una sorpresa.
¡Muchas gracias por leerme, nos vemos en la próxima!

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