Reseña: Canción de Navidad

Título: Canción de Navidad

Autor: Charles Dickens

Libro: ESPECIAL LECTURA CONJUNTA
#LCCancionDeNavidad

Páginas: 126

Género: Navidad/Reflexión/

Editorial: Gribaudo (Océano)

Calificación: 4.5 Estrellas

SINOPSIS

Ebenezer Scrooge es el típico viejo gruñón que nada lo pone de buen humor; su escribiente Bob Cratchit ha sido su fiel trabajador y trata de ver el lado bueno de las cosas y un día antes de Navidad le pidió el día libre y lo consiguió, so pena de que si al día siguiente no llega temprano podría bajarle su sueldo.

Su sobrino llegó para animarlo y desearle Feliz Navidad, pero sólo escuchó un "tonterías" y que mejor volviera a su hogar. Misma respuesta que escuchó otro niño que llegó a desearle lo mismo.

Scrooge harto de escuchar lo mismo de siempre en fechas decembrinas, volvió a casa para descansar y que ya la gente deje de hablar de eso, pero vio un... ¿fantasma de Marley?
Marley, aquel amigo con el que compartió tantos momentos, pero que murió hace siete años y... ¡no, no puede ser él!

Esa visión espectral de Marley era el mismo, pero con una ropa distinta y atado a unas cadenas muy extrañas; vino a decirle que tendrá la visita de 3 espíritus que aparecerán a determinada hora y no debe perder la pista de lo que cada uno va a mostrarle.

¿Enseñarle algo a él? ¡Por favor! Sólo quiere que dejen de desearle feliz navidad, que pase esa época y tratar de dormir un poco, ¿ahora tiene que lidiar con esto?

¿Pero bajo qué propósito?

MI OPINIÓN

¡Que tal amigos lectores, una vez más nos encontramos!

Tal parece que todos los clásicos nos enseñan una lección de vida.
Scrooge es como el vecino que nunca está contento con nada y por más que vengan sus familiares a querer sacarle una sonrisa, no da su brazo a torcer; pero nada es para siempre y la analogía que usa Dickens para lograr su cometido es muy astuta.

Ebenezer y los 3 espíritus, para mi punto de vista son como las etapas de la vida: el Pasado es la niñez, el Presente es la adolescencia y el Futuro es la vida de adulto.

El Primer Espíritu vendrá mañana, cuando las campanas den la una.

El Fantasma de la Navidad del Pasado. 
¡Cómo olvidar aquellas navidades de nuestra infancia! Poníamos nuestro zapatito debajo del árbol y o la cartita a Santa para que nos trajera esos juguetes que tanto queríamos. Al otro día que salíamos a la calle y veíamos que juguetes estrenaban nuestros amiguitos y jugábamos por horas y horas hasta que nos hablaban para comer.

La relación que tuvo Scrooge con Fezzwig fue una que lo educó, ya que como él lo dijo: "tenía la facultad de hacerlos felices o desgraciados, de hacer su trabajo agradable o pesado, placentero o penoso", es decir, los enseñaba para que se cada uno hiciera su labor y aprendiera a ser responsable y nada de "te la perdono" porque aquí aprendió a ver por si mismo.

El Segundo Espíritu vendrá pasado mañana, a la misma hora.

El Fantasma de la Navidad del Presente.
Un alto muy alegre. "Sostenía una antorcha encendida, semejante al cuerno de la abundancia". Aquí viene el grueso de la historia, como en nuestra adolescencia: hay cambios físicos, un planteamiento más real de la vida, experiencias más aleccionadoras y ver la realidad sin rodeos, pero también una capacidad de asombro por las cosas que sólo en esos años y con esa forma de sentirlo se viven.
Scrooge se da cuenta de que en el presente no se da cuenta que su manera de ser arrastra consecuencias que ignoraba y tampoco le interesaba saber... pero que diferente es el panorama cuando se pone en los zapatos del otro y que ahora está teniendo cimientos para que todo se vaya a la ruina. ¡Cuán valioso es mejorar el presente cuando aún es tiempo!

El Tercer Espíritu vendrá a la siguiente noche, cuando se extinga la vibración de la última campanada de las doce.

El Fantasma de la Navidad del Futuro.
"Le mostrará las sombras de las cosas que aún no han sucedido pero sucederán mas adelante". ¿Qué nos depara? Nunca lo sabremos; pero después de las lecciones aprendidas con el Fantasma del Presente ahora Scrooge ve un entorno que aunque fue predecible, la manera en que se dio cuenta fue desgarradora. ¿Por qué tenemos que esperar a lo peor para valorar lo mejor?
Ves el verdadero yo de aquellos quienes en quienes confiabas y quizá esto traiga alguna traición.

Para terminar.
Este libro me enseño a ser yo mismo, a vivir el ahora, a no temer el enfrentar a mis fantasmas de la duda, la inseguridad y la incertidumbre.
¡Hay que vivir el hoy! No puedo seguir taladrando mi cabeza por malas experiencias del pasado y querer que vuelva ese momento para corregirlo y entonces sí, estar tranquilo.  ¡No! Si ocurrió así fue para ser la persona que soy hoy, o de otro modo hoy no tomaría las decisiones que me hacen crecer.

Podría seguir filosofando, pero no acabaría.
Gracias Charles Dickens por esto y por ser mi primera reseña del año.

¡Nos vemos en la próxima!