8va. Quedada Bloguera Literaria en CDMX 4 - El Radar Literario

La casa de las bellas durmientes Agnes Grey un beso en parís  40199054 40043351 El mañana empieza hoy Jesús me quiere 

18 agosto 2019

8va. Quedada Bloguera Literaria en CDMX 4

¡Mi experiencia!
Cuarta Parte

¡Sean todos bienvenidos a la parte final de este viaje por el mundo de los libros en la Ciudad de México!

Continuemos donde nos quedamos que es en la firma de autores, esta es una de las firmas que más he disfrutado porque a diferencia de estar en alguna feria del libro, tenías la libertad de preguntar al autor con más tranquilidad sin la prisa de los tiempos; a ver, entiendo que la fila era muy larga pero, yo veía que después de haber obtenido su firma nadie se quedaba con la espinita de "le hubiera preguntado..." y los autores super buena complementaban cada una de sus respuestas viendo a los ojos y con una sonrisa.

Después de unos minutos de espera y platicar con quien estaba antes de mi, llegaba mi turno; durante ese trayecto, en los silencios, mi cabeza empezaba a divagar si lo que hago estaría bien o si mi blog estará siendo del agrado de mis seguidores y si no era así entonces me dedicaba a no sé qué. No dejaba de delirar hasta que tocó la primera firma, la de "Bef". Despejé mis pensamientos, al llegar con él y después que le pidió a Jaime que le firmara Mexicoland (#truestory) plasmó su firma en mi libro (como lo pudieron ver anteriormente) y me pasó que antes y durante el viaje, todavía no era consciente de que estaba ya en CDMX y menos que acababa de llevarme mi primer firma -y totalmente inesperada, ya que ni me pasó por la cabeza que se diera ese momento- pero lo mejor estaba por venir.

Nuevamente estaba frente a Jaime Alfonso Sandoval, ¡y me reconoció! Le dio gusto verme en CDMX y a mi más verlo; le dije que recordaba cuando tuvimos aquella firma tan divertida en la FIL Guadalajara del año pasado y... como si me leyera la mente, me dijo que había estando leyendo mi blog y que escribía mis reseñas con mucho cuidado y no lo primero que se me ocurría. Amigos, no les miento, en ese momento mis dudas se disiparon y me di cuenta que iba por el camino correcto; a partir de ese momento puse los pies en la tierra, supe que estaba en el núcleo de la vida literaria en e país y que no era un error que yo hubiera decidido ir esos días.

Y después de platicar, plasmó su firma. 
No, perdón, quise decir sus firmas:

¿Cómo ven que ya soy parte de los Pozafría? 


Mi corazón siempre, siempre será Umbrío.


Puedo jactarme de ser su amigo, ¡el gustazo es mío!


Si lo dijo mi amigo Nini, debe ser verdad, ¿no?

Una vez hechas todas las firmas, ahora sí corrí a comer porque me moría de hambre. Pero no podía irme sin antes darle mis separadores a Jaime, ¿cómo podía olvidarme?

Ya habiendo deleitado al estómago me disponía a regresar, pero antes de subir a tomar mi asiento me detuvieron porque la siguiente actividad sería en el mismo lugar donde hicimos la actividad el día anterior.

Se trataba nuevamente de hacer equipos de 2, pero ya no estábamos divididos por equipos guiados por las organizadoras. Era todos contra todos; la primera actividad era parecida a la del día anterior, pero ésta vez era una sopa de letras la cuál se nos complicó a mi y a mi amiga y compañera Lorelupin, la diferencia era que ahora los primeros 4 en llegar y acertar se llevaban premio, y no, creo que nos faltó practicar más nuestras habilidades.
Luego llegaron con 4 costales llenos de globos, los cuáles como podían tener premio podían tener un trolleo; en mi caso recuerdo haber sacado un papelito que decía: "¡Felicidades, ganaste! Sí, ganaste la oportunidad de ver cómo alguien más está ganando", y el segundo: "¿Creíste haber ganado? Sigue participando". Me partí de risa y más cuando se los enseñaba a otros que tuvieron la misma suerte que yo.


Y ahora sí, todos arriba porque llegaba la hora de... decir adiós.
Fue muy cómico enterarnos de los chismes que nos contaron las organizadoras cuando de repente algo fallaba y nadie se daba por enterado que, por ejemplo, una vez no llegaron las tortillas para la hora de la comida y el papá de una de ellas de su bolsillo (pero más de un gran corazón) se encargó de resolver el problema; otro caso donde gente que no debe abrir cajas con regalos de las editoriales se puso a esculcar y cambiar el orden de los libros repartidos; otro más donde iban a regalar recuerditos o souvenirs de esa edición de la quedada, pero misteriosamente desaparecieron y hasta la fecha siguen sin saber quién pudo haberlos hurtado.

Y así varias historias más y por ahí alguien hizo una propuesta muy interesante sobre un hipotético cambio radical en el evento donde reluciría el valor de cada persona. Y no podía faltar, mas bien no debería faltar, quien agradeció a todo el personal involucrado con las actividades de esos días y pidió un aplauso que todos dimos y muy aturdidor.

Y con esta imagen del Monumento a la Revolución me despido.

En este viaje llegó un Moy y se fue otro Moy; disfrute participar en las actividades, el intercambio de libros y de separadores, que en mi vida había recibido tantos, de tan diversas formas y tan creativas. Este ha sido un viaje para recordar y uno donde tuve los cambios que se fueron acumulando con los años y que se animaron a salir porque quite las barreras que les impedían salir.

¡Gracias por leerme y nos vemos en la próxima!
Si es que (ojala) se anuncie la 9na. Quedada Bloguera Literaria

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