Reseña: El don de la Ira - El Radar Literario

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15 diciembre 2019

Reseña: El don de la Ira


Título: El don de la Ira. Y otras lecciones de mi abuelo Mahatma Gandhi.
Título original: The Gift of Anger. And other lessons from my grandfather Mahatma Gandhi.
Autor: Arun Gandhi
Libro: Autoconclusivo
Páginas: 215
Género: Espiritual/Superación/Narrativa/Motivación
Editorial: Ámbar (Océano)
Calificación: 5 Estrellas

SINOPSIS
No cabe duda que cuando hablamos de Gandhi, nos referimos a una de las personas más influyentes del Siglo XX; hablar de él es hablar de la paz, de la No Violencia, de lo que cada uno tenemos dentro de nosotros mismos aportando nuestro granito de arena para hacer de este mundo un lugar mejor.

El ejemplo arrastra y las generaciones venideras serán las más beneficiadas si siguen un ejemplo para bien, siempre y cuando se demuestre lo que se le enseña a los hijos, por ejemplo, partiendo desde una paz interior que pueda expandirse.

A los 12 años Arun vivió con su abuelo, a quien se refiere como Bapuji. Durante los próximos 2 años obtendría las herramientas para vivir su vida, ya que cada día que convivió con él fue como un entrenamiento; las pláticas en la rueca fueron la mejor manera de aprender de una manera clara, sencilla, sin reclamaciones ni castigos porque esto nunca lo llevaría por el camino que él, Gandhi, quería que a priori, siguiera enseñando.

Esos constantes viajes de La India a Sudáfrica, la educación que recibió de sus padres, haber vivido la discriminación en carne propia, caminar kilómetros y viajar en autobús por horas fueron las experiencias que lo forjaron a escribir este libro que nos invita a no tener miedo de manifestarnos por la vía pacífica para resolver los problemas.

En palabras del propio Mahatma (cuyo significado es "sabio"), "la ira es a la gente lo que la gasolina a los coches: permite avanzar y llegar a un sitio mejor. Sin ella no estaríamos motivados a vencer un desafío. Es una energía que nos impulsa a definir lo justo y lo injusto"; es decir, que podemos usarla como un impulso para resolver y no como una pared que nos detiene estropeándolo todo.

Cada palabra que decía Bapuji fue algo que siguió profesando (hasta hoy) por convicción; ya lo dice el refrán "lo que bien se aprende nunca se olvida" y empezó a dar conferencias. Un día, alguien le dio la idea de plasmar todo en un libro y así comienza este viaje, entre el pasado y hablando de vez en cuando en el presente, si su abuelo estuviera vivo, ¿qué opinaría de la situación actual?


MI OPINIÓN
¡Qué tal lectores! 
¿Cómo les va?

Tenía buen rato que no leía algo que me motivara a ser mejor, desde el punto de vista de que podemos elegir usar la energía del enojo para afrontar las adversidades, no para explotar y decir algo de lo que luego nos arrepintamos.

Para Arun, su abuelo no era aquel que enfrentó Inglaterra, se presentaba ante sus detractores fúricos y a quien consultaban líderes poderosos, no, para él era sólo su abuelo.
Empieza desde que sus padres y Ela (su hermana) viajan a la India. Ahí se lleva su primer sorpresa: después de haber oído quién era, se imaginó otro abuelo, y esperaba ver una casa grande con cuadros, muebles finos y mucha decoración pero... el Ashram era un lugar más sencillo, sin lujos ni sirvientes.

Todos sabían que se acuclillaban cuando llegaban con él y que así lo hicieron.
¿Pero, qué creen? ¡A Gandhi no le agradaban esos protocolos!

Y los jaló hacia él dándoles afectuosos abrazos y sonriéndoles por su visita, imaginarme a un Gandhi sonriente es algo que no tenía contemplado y menos rompiendo los esquemas que por años he sabido son imperiosos.

Arun se quejaba de que lo hicieron caminar varios kilómetros (que en realidad él quiso hacerlo por hacerse el valiente), y Bapuji lo felicitó por su esfuerzo, quizá él esperaba que reprendiera a sus papás pero su reconocimiento lo alegró. Pasan los días y le cuesta trabajo adaptarse a su nuevo hogar, quizá porque de donde venían -Sudáfrica- tenía otro tipo de "comodidades" y formas de divertirse; llega el día en que no puede entretenerse con algo y lo dice. Abuelo entonces le da algo que lo tranquilizaría, lo haría pensar y canalizar sus sentimientos sobre cada pensamiento que lo perturbara: La Rueca.

La cual sería testigo de un sinfín lecciones de sus experiencias, confesiones que sólo ahí pudieron ser escuchadas, actitudes que sólo Arun pudo presenciar y momentos que con nadie más podía compartir de la misma manera. Cada anécdota es única, cosas típicas que pasan a esa edad, como pelarse con los amiguitos, ser víctima de lo que ahora llamamos bullying, sacar ventaja de la ignorancia de alguien o las incomodidades sobre temas que tal vez diera pena platicar. Bapuji siempre tenía la respuesta, más que un consejo era un aliento a que la vida es hoy, hay que actuar para remediar.

Hay un par de ejemplos que me gustaría destacar.
Uno de ellos es cuando pierde un lápiz, a lo que yo entendí que no hay que hacer a un costado lo que ya tenemos sólo para tener lo más actual y "estar a la moda" porque, eso que se nos hace fácil tirar, en su momento nos costó trabajo y lo valorábamos, pero por no sentirnos desplazados, vamos por la vida presumiendo lo que -en muchas ocasiones- ni siquiera es nuestro porque lo debemos o lo tomamos prestado.

El otro ejemplo cuando su papá lo manda arreglar el auto y cambiar el aceite; amigos, la sinceridad ante las personas que más nos quieren en la vida es algo que no puede estar en juego e inventarnos excusas por no reconocer nuestra falta de compromiso, arriesga uno de los pilares más importantes: la confianza. Entre más mentiras haya, se irán formando grietas que quizá pensemos que una no es nada, pero si se frecuentan más mentiras entonces acabará por derrumbarse... todo. 

Llega una parte donde son tantas las frases que en vez de escribirlas, decidí que este sería el primer libro en el que usaría Post-It. Puse que también es de superación porque después de ver por lo que pasó Gandhi, me di cuenta que su mensaje es: si yo pude hacerlo, tú también podrás lograrlo.

Para mi, el sentido de este libro es enseñarnos que -aunque cuesta trabajo y él mismo lo reconoce- podemos usar la No Violencia, en un mundo cada vez más violento. Él enfrentó uno donde en su época no existían las redes sociales y era tardado y complejo que las llamadas y los medios llegaran; a pesar de eso, no perdió la serenidad y la seguridad; cuando estás convencido de tus principios, nada puede hacerte dudar.

Amigos, termino invitándolos a tomarse uno o dos días a que aprecien este libro, resultado de toda una vida en formación de un gran ejemplo para la humanidad y que jamás pasará de moda.

¡Muchas gracias por leerme, nos vemos en la próxima!

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