Reseña: Ana de las tejas verdes - El Radar Literario

La casa de las bellas durmientes Agnes Grey un beso en parís  40199054 40043351 El mañana empieza hoy Jesús me quiere 

22 julio 2021

Reseña: Ana de las tejas verdes

 


Título: Ana de las Tejas Verdes
Título original: Anne of Green Gables
Autor: Lucy Maud Montgomery
Libro: 1/8
Páginas: 306
Género: Infantil/Juvenil/Clásico
Editorial: Toromítico (Nirvana Libros)
Calificación: 5 Estrellas

SINOPSIS
Rachel Lynde vivía cerca de un arroyo, que nace en los bosques de la vieja hacienda de los Cuthbert; el arroyo era torrencial y vigoroso, pero de sólo tocar la propiedad de los Lynde, no era más que una simple corriente.

La señora Rachel observaba todo desde su ventana, si reparaba en algo sospechoso, no descansaba hasta delatar la más insignificante minucia, y al mismo tiempo, estaba atenta a sus asuntos personales.

Avonlea se localizaba en una pequeña península entrando por el golfo de St. Lawrence; todo aquel que entre y salga, indudablemente deberá pasar por el camino de la colina, sin pasar desapercibido por el ojo de Rachel. Era principios de junio cuando Thomas Lynde, un buen hombre plantaba semillas; decían que era el marido de Rachel.

Mientras Matthew Cuthbert plantaba sus semillas aparte en el campo rojo del arroyo, cerca de Tejas Verdes; suele ser muy discreto. Más tarde salía de Avonlea, cosa demasiado extraña porque no suele abandonar la zona, a menos que sea algo realmente importante. Vestía sus mejores ropas.

Tejas verdes se construyó en los confines de sus tierras y así permanecía; tal vez por eso Marilla y Matthew sean un poco raros; entre Marilla y Rachel existía algo que podría llamarse "amistad", a pesar o tal vez a causa de sus diferencias.

Salvo Marilla y Rachel, Matthew sentía terror por las mujeres, porque creía que se burlaban de él. Tras un largo viaje, llegaba a la estación de tren de Bright River
Esperaba a un niño de un orfanato procedente de Nueva Escocia. Familiares de Richard Spencer en Carmody, le dijeron que le mandaban a un chico inteligente y bien parecido, de unos 10 y 11 años.

Sin embargo, se encontró con el jefe de la estación cerrando la taquilla; el tren de las 5:30 de la tarde partió hace media hora, pero dejó un pasajero.

Pero no era pasajero, sino pasajera.
Era una niña de 11 años, con un vestido corto de lana amarillo grisáceo y ajustado, llevaba un sombrero de marinero con 2 trenzas de un rojo muy vivoAducía que él y su hermana iban a recogerla. La muchachita dijo que lo había observado desde que llegó a la estación.

Se puso de pie tomando su vieja maleta con una mano y extendiendo la otra para saludarlo. Se presentaba asumiendo que su nombre era Matthew Cuthbert, de Tejas Verdes. Ella se llamaba Ana Shirley.

Ana estaba decidida que si él no iba a buscarla, andaría por el camino hasta los cerezos y subiría a uno para pasar la noche; pero Matthew no podía decirle a esos ojos brillantes que hubo un error: la llevaría a casa y el resto sería tarea de Marilla. Luego se disculpó por llegar tarde. Ella se alegró por su llegada, aunque le habría encantado dormir en el cerezo.

Le parece algo maravilloso ser parte de la familia, ya que nunca ha tenido una familia de verdad. Estuvo 4 meses en el asilo y no fue nada de lo que imaginó. No le gustaba ese vestido, porque es el que usaban todas las huérfanas. 

Para sorpresa de Matthew, esta chica sí le agradaba.
No esperaba gozar de su compañía; si creía que las mujeres eran algo malo, las niñas eran lo peor. Pero esta niña pecosa era muy distinta, le gustaba su charla. Podía hablar cuanto quisiera  y a él no le molestaba. Ana se alegró y sintió que se llevarían bien.

A partir de ahora, muchas vidas van a cambiar.
No solo la de Ana.

MI OPINIÓN
¡Muy buen día tengan todos ustedes, amigos lectores!

Este libro fue una de esas sorpresas que en no esperaba recibir y que fuera a disfrutar tanto desde la primera página, y en cuanto aparece Ana en escena, sentí una conexión emocional muy linda; es una niña totalmente conectada a sus emociones que no tiene miedo de decir lo que siente y es fiel a sí misma.

Antes de comenzar, quiero agradecer a Nirvana Libros por el ejemplar, 
¡de verdad, muchas gracias!

Ahora sí, comenzamos.
La historia inicia describiendo el hogar donde se desarrollará gran parte de la trama, y nos deja claro que hasta la naturaleza debe respetar a la señora Rachel. También nos muestra a una señora trabajadora y disciplinada, mas no por esto se mantiene ajena a la actividad local.

Luego nos describen Avonlea: un pueblo ficticio (para mi desgracia) rodeado de naturaleza, fuera de la civilización, con casitas separadas por algunos metros alrededor; vaya, un lugar adonde uno iría para relajarse y olvidarse de la vida en la ciudad, sin embargo, no todos los habitantes pensaban de esa manera... empezando por los Cuthbert.

Matthew era a lo que podría llamarse un viejo rabo verde, solo se ocupa de su quehacer diario y de aguantar, es decir, convivir diariamente con Marilla y con Rachel; las mujeres no suelen ser una especie con que le encante convivir. Pero, al igual que ellas, también es muy comprometido y disciplinado porque cumple con lo que se le pide. Y esta ocasión es especial, ya que tiene que salir de Avonlea para ir por un encargo muy especial.

Es curioso que a partir de un error, su vida cambia para siempre.
Él esperaba ver un muchachito de buena apariencia, educado y puntual; a lo que voy es que su encuentro con Ana no fue nada espectacular. Aquí sucedió lo impensable: se tocó el corazón y no quiso rompérselo a Ana. No soportaba la idea de ver la cara triste de esta niña que, desde el primer contacto sintió algo diferente, le cambió el plan que de seguro ya tenía en mente; pudo ver en sus ojos que ella no era una niña como las demás, sino que tenía una personalidad muy propia y segura.

Desde el camino a casa Ana no tiene miedo de ser quien es, da rienda suelta a su imaginación y comparte y enseña a disfrutar el presente sin perderse en el pasado ni el futuro, ella está viviendo ese momento al estar poniéndole nombre a todo lo que ve, por que el nombre original ante sus oídos suena incómodo e interrumpe su imaginación, su creatividad; acto seguido, llega a Tejas verdes y empieza el primer choque con Marilla.

Cuando le dijeron: "por Dios, cierra la boca", sentí un vacío en mi corazón.
Le cortaban la inspiración de tajo y pese a que con el tiempo supo ganarse el cariño de los adultos, esas primeras páginas solo me la pasaba pensando en el momento en que fueran a reprenderla; pero Ana no perdía su centro. Fueron muchas las ocasiones en que rompió con los esquemas.

Como cuando va a la escuela.
No temía levantar la mano y contestar las preguntas, incluso ella le preguntaba a su vez a los profesores, cosa que ningún niño se atrevía a hacer. Poco a poco se fue ganando el cariño y el respeto de sus compañeritos, especialmente el de Diana Barry, su primer amiga con quien tuvo una anécdota de lo más graciosa, todo por jugarle al adulto y por un error de Marilla.

Luego la anécdota del pastel, que en vez de agregar harina, agregó algo que nuevamente fue una confusión de ella y de Marilla; ¡pobre!, el castigo que le pusieron fue tan injusto que cuando se supo la verdad, quien la inculpó, posteriormente la recompensó con un viaje que marcaría futuras experiencias de Ana.

Y llega Gilbert Blythe a su vida.
Pero a ella le da igual, ¿qué le importa lo que haga ese chico?
Es que, ¿cómo se atreve a burlarse de ella, haciendo mella de su cabello?
Encima se cree más inteligente que ella, bah. Y todas las compañeras del salón se mueren por él y saca las mejores calificaciones y en más de una vez ha obtenido mejores promedios que ella y... bueno, quizá le parezca, sí, es bien parecido, sí, es aplicado y estudioso, pero, pero... ¡pero no le perdona la humillación que le hizo!

Ana es una niña que sabe qué hacer en el momento que se necesita.
Por ahí hubo un par de casos donde, gracias a su experiencia cuidando niños más pequeños, logró hacer sentirse mejor a una pequeñita que enfermaba de fiebre y gracias a eso se ganó la confianza de la mamá que, gracias a otro malentendido más, había prohibido el contacto con su hija; ¿qué quiere decir esto?, Ana sabe ser paciente y permite que sus acciones hablen por ella, no sus ruegos o la lástima.

No quiero dejar pasar el momento en que alguien acude a la ciudad con la intención de comprar algo de ropa para Ana, pero como no tiene ni la costumbre ni una idea de cómo se compra, pasa por un muy angustiante y divertido momento; de verdad, me boté de la risa cuando vieron que llegaba a casa y traía todo menos lo que necesitaba, ¡y todo por la pena de pedir un favor!

Para terminar.
Ana se enfrenta a un mundo donde todo se mueve sistemáticamente, todos piensan muy similar, todos actúan muy similar, no se piensa en la posibilidad de osar por un cambio y el sólo hecho de pensar en esto ya es un conflicto. Pero Ana, en su inocencia y confiando en sí misma, no sabe lo que es que sea "normal" que si todos hacen lo mismo es porque así debe ser, ¡no!, ella llegó a Tejas verdes para poner color a sus vidas, para hacerles comprender que la vida se vive hoy y si todos te ven con la seguridad en lo que haces, tarde o temprano terminarán apoyándote y te darán la razón.

Esas últimas páginas que tienen que ver con una ruina financiera, fue algo que jamás vi venir y que me congelaron mi corazoncito.

Siento que fue una manera de soltar la imaginación de la autora, ya que ella también fue una niña cuyos padres la dejaron a cargo de otros familiares y, para mi, todo lo que escribió sobre Ana, fue lo que a ella o bien le habría gustado vivir o vivió, pero gracias a la magia de la pluma, pudo agregarle toques de fantasía.

¡Muchas gracias por leerme, nos vemos en la próxima!

1 comentario:

  1. Acabo de leer tu reseña mi querido Moy, y no he leído los libros pero me hiciste recordar y volver a experimentar lo que sentí cuando vi la serie!
    Sin duda, es una de mis reseñas favoritas.
    Ojalá continúes los siguientes libros y de alguna u otra forma pueda acompañarte porque si quiero leerlos en algún momento

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