Reseña: Hacerse el muerto - El Radar Literario

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01 octubre 2021

Reseña: Hacerse el muerto

 


Título: Hacerse el muerto
Autor: Andrés Neuman
Libro: Autoconclusivo
Páginas: 139
Género: Narrativa/Historias Cortas/Juvenil
Editorial: Páginas de Espuma (Colofón)
Calificación: 4 Estrellas

SINOPSIS

Por medio de cortas pero sustanciales historias, el autor nos narra distintas situaciones de la vida cotidiana -y una que otra personal- que nos pone en la piel de los protagonistas en determinadas situaciones.

Desde un hombre llamado Moyano frente al pelotón de fusilamiento, pasando por un suicida risueño que no puede esmerarse en cumplir su misión, hasta ponernos en los zapatos de como quiera que se llame un hombre que decide resarcir su pasado invitando a sus amigos de la universidad a una noche de reencuentro, donde la verdad podría ver la luz, o quizá no, porque al final uno nunca pierde su esencia; uno siempre le es fiel a su autenticidad.

El autor no teme rozar sus propias fibras sensibles.
Una visita al hospital suele ser un tema difícil para algunos y lo normal para otros; pero cuando alguien de que respira nuestro aire, comparte nuestro linaje y es tu fuente de inspiración, entonces la visita se convierte en un reto; como pudo ser el caso de su propia madre.

En los primeros años de vida, los adultos son algo con lo que nunca nos vamos a equiparar. Somos jóvenes y no concebimos la idea -ni de cerca- de que algún día llegaremos a reproducirlos. Pero el tiempo es engañoso. En un abrir y cerrar de ojos, tenemos que afeitarnos la barba y pensar en pagar la renta, en qué ropa nos pondremos, qué tanto nos va a afectar lo que digan de nosotros...; pero antes de todo esto, hay experiencias que nos definieron a como somos hoy día.

Como sucedió el día que Anabela los retó a nadar hasta El Cerrito.
Aquel peñón a 2 kilómetros al este, tomaría mínimo una hora y minutos llegar hasta el otro lado. Ella... era una inspiración en sí, pues les ganaba por 2 o 3 años a los chicos y el estímulo se elevaba cada que ella se cruzaba de brazos porque se empujaban para mirarla, hasta que liberaba los brazos y volvían a sus temores de siempre.

Pero -quiero pensar que Andrés- no supo en qué momento escuchó su propia voz decir: Te acompaño. Arriesgándose a que sus viejos lo reten, fue más su sobrecogedora voluntad de no querer ser escarnecido por todos y daba un salto de fe, ¿habrá hecho lo correcto?

Historias así y más, son sólo algo de lo que encontraremos en este recopilatorio de una gran imaginación que sólo alguien como Andrés Neuman puede recrear.

MI OPINIÓN
¡Muy buen día tengan, amigos míos!

Este libro fue una invitación de mi gran y muy querida amiga Tere Zamora de quien gustoso acepté y es que, ya extrañaba perderme en la creatividad de este autor.

La primer historia del soldado en el paredón y que vea su vida pasar en un segundo, me hizo pensar en la propia cuestionándome qué haría yo si de un día a otro mi vida se viera comprometida. Luego de ahí se va a la yugular -como decimos en México- hablando primero de su padre o del de alguien más, y narrar las mejores anécdotas que vivieron y en especial unos zapatos que todavía conserva; aunque pensándolo bien puede que sea alguien mas de sus antepasados.

La historia más divertida fue sin duda la de Melchor, Ariel, Rubén y Nora.
Vaya forma tan divertida y vengativa de manifestar un ultraje por tanto tiempo y, que de última hora, haya saciado su hambre de justicia. Eso sí es usar la inteligencia

Y volvemos al tema de la familia, ahora hablando de la madre.
Al terminar de leer esta historia, irremediablemente rememoré Una vez Argentina y sentí que mi corazón se sincronizaba con el suyo cuando hablaba de su madre; aquella noche que iba a tocar con ese instrumento tan valioso y que guardaba tanta historia tras de sí, donde a posteriori le tocaría vivir una de las experiencias más fuertes que yo como lector he reproducido en mi mente. Que haya sobrevivido a eso y que años después viniera una dictadura que hizo tanto daño, fueron cosas que incorporadas a la emoción que le inyecta a esta historia en particular, se robaron mi corazón.
Luego de pasar la primera noche con ella, logro expresarlo con estas palabras: ciertos amores no puede retribuirse.

En lo personal y por el momento que estoy viviendo, la historia de Juan y José fue mi favorita.
Uno expresa a conciencia que su madre siempre está sonriente a pesar de que su padre está ausente la mayor parte del tiempo, pero ella siempre le sirve el desayuno a tiempo y él... simplemente elude sus responsabilidades de casa, tiene 33 años y no sale de ahí.
Luego el otro (no revelaré quién es quién) habla del primero y está confundido, porque se pone en su lugar y le pregunta sobre sus padres, sobre sus crisis y da su opinión tan abiertamente que se sobresalta. Pero luego el primero opina que el segundo tiene que dar el paso de abandonar su casa porque de otro modo no va a lograr la madurez que debería tener para entonces.
Admito que me dejó pensando bastante y que varias personas experimentan algo similar; pero... tal vez no se trate de Juan y José, quizá el tema sea particular.

Quiero hablar de más historias, como Las cosas que no hacemos
Tantas familias pasando por riñas internas, llevando la rabia a tal nivel, que nos de igual el campo de batalla que tengamos en casa. Para mi, no pasa nada, si entre ellos se quieren destruir, ¡adelante!, mientras no repercuta en mí, hagan lo que consideren mejor para todos.

Quiero cerrar con una historia muy divertida, como lo fue Vidas Instantáneas.
Hoy día en redes sociales vemos ropa que deseamos vestir, celulares que deseamos presumir, lugares que deseamos visitar, ángulos imposibles de nuestro cuerpo que deseamos que fueran reales y célebres personajes cuya vida y trabajo añoramos poseer. Y en el momento que volvemos a la realidad, cuando apagamos la pantalla, abrimos los ojos y miramos a nuestro alrededor, pensamos que esas personas son realmente felices y vivimos en el infortunio. 

Pero la persona del otro lado también es un ser humano, y puede que, no sé, sólo estoy suponiendo, al concluir la proyección su vida tan codiciada, aguarde el tiempo necesario para que termine de sazonarse y evidencie una realidad que, una vez arriba... vuelva a su realidad y, no sé, tal vez no sea tan encantadora su vida real. Sólo es una máscara para cubrir su realidad. Y puede que las vidas de quienes reproducen su fantasía, sean más reales que las que día a día maquilla, porque es mejor vivir una vida deseada que una vida real.

¡Gracias por leerme, nos vemos en la próxima!

1 comentario:

  1. Qué preciosa reseña❤️.
    Gracias por acompañarme en la lectura, Moy! Te quiero muchoooo❤️❤️

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