Reseña: Percy Jackson y El Ladrón del Rayo

Título: Percy Jackson - El Ladrón del Rayo

Autor: Rick Riordan

Libro: 1/5

Páginas: 283

Género: Juvenil/Infantil/Ciencia Ficción/Aventuras

Editorial: Salamandra (Penguin Random House)

Calificación: 5 Estrellas

SINOPSIS

En el colegio privado para niños con problemas -la Academia Yancy- hay un niño en particular que últimamente ha sido un caso especial. Suele tener mala conducta y sus compañeritos tienen que sobrellevarlo... aunque él no lo haga intencionalmente.

Se trata de Percy Jackson, un niño de 12 años. 

Cuando fueron de excursión a un museo en Manhattan fue donde todo sucedió; primero la Sra. Dodds lo detesta y busca cualquier oportunidad para llamarle la atención y exponerlo ante sus compañeros, ¡pero no vaya tratándose de Nancy Bobofit!, esa pelirroja pecosa y cleptómana que aunque se mofe de Percy, nunca va a reprenderla.

Percy tiene THDA (Trastorno Hiperactivo del Déficit de Atención), quizá sea por eso que ha cambiado 6 veces de escuela.

Grover es el mejor amigo de Percy, un chico tímido, tiene imposibilitada una parte de su cuerpo, pero se recompensa en su ímpetu por salir adelante. La mayoría de las clases -segun ellos- con frecuencia son un hastío, pero cuando se trata del Sr. Brunner las clases toman otro sentido; son de lo más divertidas porque va mas allá del pizarrón y los gises: se caracteríza del personaje e interactúa con sus alumnos.

Algo raro estaba por suceder.

La Sra. Dodds no dejaba de mirarlo, permanecía de brazos cruzados frente a una enorme pared de mármol de dioses griegos. Percy recordaba cuando el Sr. Brenner le dijo que lo que aprendiera de él era vital y sólo aceptaría lo mejor de él. De repente ella comenzó a cambiar de una manera muy extraña: sus ojos tuvieron un brillo aterrador y se alargaron sus dedos transformándose en garras, Percy se quedó estupefacto confirmando sus sospechas, cuando fue atacado.

¿Qué rayos estaba pasando?

De alguna forma Percy tiene que defenderse, pero, a partir de aquí la vida que conoce ya no será la misma, jamás.

MI OPINIÓN

¡Saludos y abrazos amigos lectores!

¡Que aventura tan vibrante acabo de leer!
Si mi yo de 12 años hubiera sido lector, estaría tan emocionado como lo estuve desde la página 1 hasta el final.

Y hablando de eso, Rick Riordan invocó mi pubertad para poder emocionarme durante toda la historia y no parar, de otro modo no sé cómo hubiera terminado esto; desde el principio aplica la psicología inversa diciéndome que cierre el libro si no estoy dispuesto a creer la historia que está por contarme, esto ocasionó que avanzara las páginas más deprisa obligándome a comprobar si en verdad debería cerrar el libro o no.

Evidentemente no fue así; dejé de ser el Moy adulto evocando al Moy niño que se emocionaba con los colores, las texturas, las historias de fantasía y esas pláticas que lo dejaban ávido de más. Primero conocemos a Percy, un niño rebelde poco querido por la mayoría de sus profesores y sus compañeros, luego tenemos a Grover que es su mano derecha, plan que tiene, plan que ejecutan juntos aunque haya altas probabilidades de que terminen mal.

Después comienza la aventura, cuando conoce a Quirón, que no sé por qué me recordó al Profesor Charles Xavier de los X-Men desde el principio me dio buena espina. Posteriormente conoce a los dos chicos que lo acompañarán a lo largo del road trip: el ya conocido Grover y Annabeth, una niña mas o menos de su edad, con una historia intrigosa sobre su origen y un poder que va a sacarlos de más de un apuro.

Los tres se encaminarían hacia un objetivo: El Rayo, ¿cuál? ¿de qué tipo? ¿de quién o qué? Eso lo descubrirás avanzando las páginas.
Lo llamé Road Trip porque gran parte de la historia transcurre desde Nueva York hasta el suroeste de Estados Unidos y la química entre los pre-adolescentes jóvenes protagonistas es muy creíble, desde el autobús del inicio y cómo su ingenio se combina cuando llegan a un lugar donde su ingenuidad no les deja ver más allá de las intenciones de los adultos que sólo desean más poder.

No sentí que la historia fuera lenta. 

Quería aprender más sobre los nombres de los dioses, empezando por Zeus, Poseidón, Atena, Hades y Ares. Uno de ellos me resultó extrañamente admirable. Pero no por su reputación, vaya, no me pasó por la cabeza que su intervención tenía algo de fondo en sus intenciones.

Termina un capítulo y antes de entrar de lleno, se menciona algo en particular y por ahí de la mitad se nos recuerda esa mención, es decir, no hay que perderse de vista ningún detalle por más tedioso o simple que parezca; en lo particular, logré acertar algunas de mis sospechas, pero también me lleve sorpresas. Es notable la inteligencia de Percy para resolver, deducir y elegir la mejor salida a cada problema. Esto quizá le cueste creerlo al adulto, pero para las edades que está dirigido este libro, me parece fidedigno.

Cierro la reseña haciendo énfasis en El Oráculo, fue la razón de mi angustia en toda la travesía y el motivo de que estuviera nervioso en las últimas 50 páginas; va cuajando una realidad que no quería ver, que era inevitable y que tenía que ser así.

¡Gracias por leerme, nos vemos en la próxima!